Otra edición para enmarcar de las Fiestas del Medievo
A falta de valoraciones oficiales, solo queda dar las gracias a todas las personas que hacen posible esta auténtica y maravillosa locura medieval
Resulta muy complicado intentar hacer una crónica sobre las Fiestas del Medievo 2020 dada la grave situación que atraviesa la Asociación de Vecinos del Rabal ante la falta de pago por parte del ayuntamiento, pero hay que hacerlo, porque no de justicia que la polémica enturbie un proyecto que cada año es más grande y mejor, en el que se implican más ciudadanos, colectivos y empresas, que obtiene una mayor repercusión y atrae a más visitantes a nuestra ciudad y que, en definitiva, nos hace rebosar de legítimo orgullo.
Los pequeños y grandes cambios –en esta edición, las participativas danzas medievales y el acto de presentación de los recién nacidos– que se van incorporando cada año no hacen sino mejorar algo que ya es de por sí muy grande, y que además se ve potenciado por esos detalles que van más allá de la propia festividad, como las continuas apelaciones a la historia y la tradición de un barrio origen de nuestra ciudad y cuna de muchos de nuestros vecinos, y que sin olvidar sus raíces sigue apostando por su renovación, modernizando sus infraestructuras y atrayendo a un número cada vez mayor de nuevos residentes, ganando para el disfrute de toda la ciudad un espacio que hasta no hace tanto era un gran olvidado.
Más actividades, más calles, más grupos, más gente…
Desde la Plaza de Santiago hasta la Plaza de Biar, recorriendo la Iglesia de Santa María, la Plaza de la Tercia, la Ermita de San José, el Castillo, Santa Bárbara o la calle la Rambla, hemos encontrado a lo largo del fin de semana un gran número de actividades, como cuentacuentos, representaciones medievales, espectáculos de magia, juegos, torneos de lucha, conciertos, representaciones teatrales, talleres, así como numerosos stands de comercio, artesanía, tascas y alimentación, entre otros, que han ofrecido a los asistentes la posibilidad de sumergirse durante dos días y medio en el privilegiado entorno medieval que solo las calles del casco histórico de Villena y sus hospitalarios e implicados vecinos ofrecen.
Además, las Fiestas del Medievo han seguido ganando terreno y consolidando espacios y actividades, con dos llenazos para los conciertos de la explanada del Castillo y una espectacular y cada vez más grande batalla de las lechugas, un acto que con apenas cinco años de vida se ha convertido por derecho propio en una de las estrellas de un evento que sigue acumulando actividades, servicios y visitantes en la zona otrora más degradada del barrio, espacio que muestra un increíble potencial por el que definitivamente vale la pena apostar.
Visitantes por doquier
Mención especial merece el cada vez mayor número de visitantes que ha recibido nuestra ciudad, españoles y extranjeros; la importancia y atractivo de las bodas; el elenco de fotógrafos, blogueros y participantes en el concurso de vídeo que ha tomado nuestra ciudad –y las redes sociales– este fin de semana, así como que la participación de grupos es cada vez mayor (y mejor, puesto que año tras año se superan en la ambientación de sus respectivos espacios) y era una gozada ir de local en local disfrutando de unas Fiestas del Medievo que son, ante todo, unas auténticas fiestas populares que cualquiera puede disfrutar, si es desde dentro, mejor, porque la camaradería y convivencia que se vive entre locales, vecinos, artistas y mercaderes es excelente, sin duda alguna lo que marca la diferencia entre estas Fiestas y los mercados organizados por empresas (cobrando en muchos casos cientos de miles de euros) o ayuntamientos.
Eventos sin alma o una fiesta hecha con el corazón, esa es la diferencia, y ese es el motivo, entre otros, por el que el Medievo sigue atrayendo cada vez a más participantes y visitantes y gozando de una presencia mediática al mayor nivel, apariciones que quedan registradas y que certificarán dentro de unos años, si finalmente se opta por sacar adelante este objetivo, que realmente estamos hablando de unas fiestas de Interés Turístico Nacional.
Al margen de la polémica por la falta de pago del ayuntamiento, Pepe Cabanes, presidente de la Asociación del Vecinos del Rabal, destacaba el “éxito desde el inicio” de esta edición de las Fiestas del Medievo, agradecía una vez más el esfuerzo altruista de las asociaciones y entidades presentes en el evento y, a riesgo de repetirse, señalaba, un año más, que “acabamos de vivir unas grandes Fiestas del Medievo”, remarcando detalles como la mayor fluidez de tránsito de público que se ha conseguido con la apertura de nuevos espacios, aunque hemos seguido viviendo algunos cuellos de botella en horas punta en los principales accesos al barrio.
En definitiva, y a falta de valoraciones oficiales, que llegarán en unos días, solo queda dar las gracias a todas las personas implicadas, año a año, esta auténtica y maravillosa locura medieval, que pueden disfrutar en la galería fotográfica más completa, gentileza de Villena Cuéntame. Enhorabuena a quienes lo hacen posible.
El lunes día de descanso, lo necesito.