Otra vez: a las 18.30 en el parque de los muertos
De nuevo, como cada viernes, el parque de la calle Sancho Medina, que tanto se han ocupado de renovar y cuidar, se llena de adolescentes en masa. Y curiosamente, a la misma hora y los mismos días.
Ahí están, vociferando y berreando como energúmenos, para animar el ambiente y que la pelea se propicie lo antes posible. Son tantos que nunca se alcanza a ver quien o quienes son los implicados. Se les ve ansiosos, con los móviles en la mano, preparados para poder repartir, a parte de alguna leche, esas maravillosas imágenes.
Es alucinante, tan solo tendrán doce o trece años y, sin embargo, no se les ocurre otra diversión, que provocar semejante escándalo y molestia, por supuesto, para los padres que quieran pasear por el parque o para los propios vecinos, que nos cansamos de tanto grito, de tanta batallita y mala educación.
Primero teníamos que aguantar las pandas de chavales que se venían a esconder, gracias a los rincones de este parque, a fumarse sus porrillos, pero a ensuciar mucho las aceras y el parque en sí, tirando todas las bolsas de chucherías, incluso botellas, que traían para pasar la tarde o la noche, y después del consiguiente colocón, cargarse todo aparato de gimnasia o fuente, que con tanto entusiasmo y absurdez se inauguró en su día.
Es triste sí, no tienen donde ir, pero es que si por lo menos tuvieran modales y no armaran el follón que arman o usaran las papeleras . Y ahora, esto, las quedadas para tener peleas. Y no son cuatro no, vienen por docenas, y pueden llegar a ser unos sesenta. No entiendo nada, ¿qué pasa con este parque?
El caso es que los vecinos cuando pasamos entre ellos, para entrar a nuestra casa, les pedimos que se vayan a otra parte, etc. ¡Qué ingenuos!, lo único que provocamos son risas y malos modos, por supuesto. Con la consiguiente falta de respeto y de educación que les lleva incluso a insistir más en el follón.
Antes la policía se pasaba por aquí pero, ¿y ahora? Y miren que les estoy dando lugar, día y fecha, y dudo muy mucho que nadie haya llamado ya a la policía. Incluso algún vecino tenemos, que lo sea.
Es increíble cómo estos chavales se divierten ahora, ¡¡¡¡es vergonzoso!!!! Y es una pena que no tengan otra cosa en que divertirse u ocupar su tiempo, que va pasando y ni siquiera se dan cuenta.
Sólo me gustaría decir que estas quedadas se están convirtiendo en una costumbre y que resultan bastante molestas, pero bastante. Así que, por favor, si algo se pudiera hacer desde el Ayuntamiento (como mandar a unos agentes, simplemente) Yo no se si se solucionará, pero esto se ha convertido en una fea y ruidosa costumbre de fin de semana, en un lugar del que todo el mundo tiene derecho a disfrutar, y precisamente niños pequeños, aquí hay muchos.
Fdo. L.C.C.