Desde que la Asociación de Vecinos del Rabal se planteó hace 12 años la idea de realizar un Mercado Medieval, la idea tuvo una gran aceptación en toda Villena, no solo por los vecinos de la zona sino que también otras personas se sumaron a esta iniciativa que prometía ser muy interesante.
De todos es conocida la influencia de las Fiestas de Moros y Cristianos en todos los estamentos sociales de nuestra ciudad y de las iniciativas, de todo tipo, que han buscado apoyo en los socios de las comparsas, siempre dispuestos a trabajar, altruistamente, en beneficio del bien común. Pues bien, en el momento de la creación de aquel Mercado Medieval, tuvieron mucho que ver también los festeros que por aquella zona de Villena tenían alquilados locales para las escuadras especiales o simplemente peñas de amigos que durante las fiestas patronales compartían los socarraícos festeros en sus comparsas o bares.
Escuadra de Caribes, de la comparsa de Marinos Corsarios, la Escuadra de Selyúcidas, de los Moros Nuevos, o Tuaregs de la comparsa del Bando Marroquí, sirvan como ejemplo de la implicación festera en este barrio. También peñas de amigos como Los Alpisteros o la Peña La Cachimba, de los Moros Nazaríes, merecen especial mención por su implicación en los actos del Mercado Medieval, ahora Fiestas del Medievo, con diferente protagonismo, cada una de ellas, durante el fin de semana en que se celebra.
Quisiera referirme, en esta ocasión, a una de estas peñas que, independientemente de su participación en las Fiestas del Medievo, también colaboran con este espectáculo cediendo sus modestas instalaciones a todo aquel que se acerca por el lugar. Me refiero a la Peña La Cachimba, que aunque la mayoría de componentes pertenecen a la comparsa de Moros Nazaríes, también tienen en su seno amigos de otras comparsas.
Un año más, he tenido el honor de poder compartir con ellos la tarde-noche del sábado, no teniendo palabras para agradecer el recibimiento en esta ocasión. ¿Dónde te habías metido? ¡Pensábamos que no ibais a venir! fueron las palabras que escuchamos cuando llegamos a sus recién estrenadas instalaciones, a las cuales, durante el tiempo que estuvimos compartiendo risas y anécdotas, llegaron decenas de personas para felicitarles sobre la recreación del Tribunal de la Inquisición que han puesto en escena este año. Amigos, familiares o simplemente visitantes, que han tenido que utilizar los aseos, fueron recibidos con la misma cordialidad de la que hace gala esta gente durante todo el año.
Es por ellos por lo que estas Fiestas del Medievo irán a más, año tras año, por aquella gente que se implica por nada a cambio, por aquellas personas y entidades que desde el anonimato participan activamente, ellos son el verdadero espíritu de un pueblo, los que hacen trascendental todo aquello en donde participan. Enhorabuena
