Otros Annapurna
Annapurna Main. Ocho mil noventa y un metros de altitud. La mucha dificultad de escalarlo lo convirtieron en reto mítico, en meta encomiable, en afán
Al amigo Amador Coscolla y familia de El último Bucardo en Linás de Broto
En la cordillera del Himalaya, el macizo del Annapurna culmina en el Annapurna Main. Ocho mil noventa y un metros de altitud. La mucha dificultad de escalarlo lo convirtieron en reto mítico, en meta encomiable, en afán.
Por la cara norte, Maurice Herzog y Louis Lachenal lo consiguieron el tres de junio de 1950. Si el ascenso fue heroicidad, el descenso pesadilla (tormenta, avalancha…). Bajando perdieron los dedos de los pies, también Herzog los de las manos, amputados sin anestesia por el doctor Jacques Oudot. Perdieron los dedos pero lograron su objetivo.
La experiencia fue relatada por Herzog en el libro Annapurna. Primer ocho mil, biblia de alpinistas al tiempo que manual de superación para otros ámbitos. Porque como sentencia Herzog hay otros Annapurna en la vida de los hombres. Esto después de glosar lo que significó la montaña para él, para ellos: La montaña fue para nosotros un campo de batalla natural en el que, jugando en las fronteras de la vida y de la muerte, buscábamos la libertad que oscuramente anhelábamos y que necesitábamos tanto como el pan.
Campo de batalla, búsqueda de la deseada e indispensable libertad. Entre la muerte y la vida. La vida, montaña, lección más allá de las cumbres. La vida, ascensos y descensos, subidas y bajadas, éxitos y fracasos. La vida, sacrificio y satisfacciones... Otros Annapurna.