Nuestro amigo y villenero Paco Vañó vio venir la crisis del calzado y decidió cambiarse al mundo de la náutica, donde actualmente desarrolla su trabajo como profesional. Lleva 15 años compitiendo en regatas amateurs por toda la costa alicantina y murciana; además participa en regatas de altura en solitario como es la famosa Ruta de la Sal, donde ha competido en 11 ediciones seguidas. También participó en regatas tan conocidas como Cartagena-Melilla, Cartagena-Ibiza y algunas más.
Los últimos años le han servido como entrenamiento para su próximo objetivo, coincidiendo con su 60 cumpleaños, que es cruzar el Océano Atlántico en solitario, dejando Martinica por estribor y llegar hasta Colombia, realizando un total de unas 3,500 millas para cumplir el objetivo.
La travesía del Atlántico comenzará el día 1 de diciembre, rumbo a Islas Canarias. Posteriormente, desde Lanzarote, comenzará la travesía, una regata de cruceros donde participan 25 veleros de distintas esloras. El "Colomba", que es como se llama el barco de 11 metros de eslora que patronea el villenense, es uno de los más pequeños de la flota, casi todos los barcos van a tripulación completa y solo 3 van en solitario.
Paco Vañó ha calculado que le llevará unos 34 días de travesía, donde solo verá agua, agua y más agua durante este largo mes. Una vez han zarpado, al día siguiente no se ven entre ellos, hasta incluso sacan diferencias de 8 días desde el primero en llegar hasta el último, dependiendo de la eslora del barco. Llevan comunicación por radio BLU y teléfono satélite, además todo el equipo de salvamento completo al que obliga la legislación española.
En estas fechas se establecen los vientos alisios, bastante regulares entre los paralelos 10 y 20, la intensidad suele ser constante con 15-20 y rachas de 30 nudos que empujan por aleta y popa y te llevan hasta el Caribe más o menos como hizo Colón, siendo el momento oportuno para comenzar el viaje.
Una vez sales de Canarias hay que ir bajando en diagonal hasta la altura de Cabo Verde para tener un viento ideal y evitar los fuertes chubascos, siendo muy difícil el poder sortear todos estos chubascos ya que de todas maneras siempre se pueden encontrar con alguna de estas tempestades.
Vañó también esta intentando conseguir algún sponsor y tiene pensado contar con la colaboración del Ayuntamiento de Villena, para que le pueda subvencionar una vela de proa, donde ponga Ciudad de Villena, y poder pasear el nombre por todas la travesías en que participe, pues en el corazón siente mucho orgullo de ser villenero de tierra adentro.
La afición por la náutica para este villenero le llegó desde muy joven, cuando practicaba pesca submarina con un grupo de amigos de nuestra ciudad, y cuando llegó el momento realizó el cambio, sustituyendo la pesca submarina por la navegación, para convertirse en un ermitaño del mar.
