Estamos entrando en la recta final de un año que dará paso a año electoral, y cualquiera que peine alguna cana o que se suela empapar de la vida política municipal, sabe que eso significa que ya estamos con los pasos previos de lo que será la campaña para las municipales 2019.
Por este motivo, no nos tiene que sonar disparatado que determinados personajes emerjan en un intento de alzar la voz y hacerse notar de cara a luego figurar en alguna lista o ganarse la simpatía de alguno de los diferentes partidos, y en algunos casos, sin importar cuál sea con tal de ir o de aspirar a un carguico. Tampoco nos tiene que extrañar que aparezcan determinados colectivos de debajo de una piedra o que se reactiven algunos que llevaban tiempo aletargados y que tengan lo que decía mi abuela, arrancás de caballo y parás de burra, y que en estos meses previos a la campaña hagan mucho ruido y que una vez se anuncien las listas y se vote a quienes nos representarán en las urnas, se difuminen si sus cabecillas no han salido electos.
Partiendo de esta base, es normal también que algunos individuos e individuas traicionen los intereses de sus colectivos en busca de rendir pleitesía a quien está al mando o a quien creen que estará. Y también que otros achuchen más de la cuenta al que está, viendo una oportunidad de conseguir sus demandas más fácilmente
Lo primero lo hemos visto esta semana con el delegado de personal de los bomberos, que ante la denuncia del PSOE de que se teme por parte de algunos miembros del cuerpo de bomberos que las gestiones del nuevo parque de bomberos no vayan como debieran, ha salido a desmentir a sus compañeros y al Partido Socialista y a dar palmas a Los Verdes y a decir que todo va bien. No sé si el susodicho delegado habrá reparado en que poniendo cosas en boca de todos sus compañeros (incluyendo quienes han trasladado la queja en primera instancia) si luego resulta que esa denuncia no era infundada y se encuentran que no hay avances en el tema parque, será él quien lidie a diario con ellos y no la concejal.
Lo segundo también lo hemos visto ejemplificado en el duro comunicado que los sindicatos de policía lanzaban en respuesta al concejal de personal, Jesús Hernández, llamándole mentiroso y dando la razón a Fulgencio Cerdán cuando avisaba también un par de días antes de que en 2019 nos podemos encontrar con la baja por jubilación de en torno a una decena de policías locales, dejando a la ciudad en cuadro. Ese comunicado fue un doloroso tortazo en la cara del equipo de gobierno que ya ha sido llamado mentiroso varias veces en lo que llevamos de curso por diferentes colectivos, como los belenistas. En este caso los sindicatos miran por encima de quien vaya a estar en la próxima legislatura y entienden que es un problema que va a tener que asumir quien esté, y de ahí surge la justificación de la dureza de sus palabras de cara a la concienciación de todos los partidos.
En medio de ambos ejemplos nos encontramos al AMPA del colegio Príncipe Don Juan Manuel, del que cabe elogiar la elegancia y sensatez con la que está enfrentando el problema que sufren los alumnos y alumnas del centro y que se están centrando en el problema, elevando el tema a lo orgánico y no a lo político, que aunque parezca lo mismo no lo es. El AMPA está tendiendo la mano a todo aquel partido que quiera sumarse a la lucha sin casarse con ninguno y sin permitir que nadie arrime el ascua a su sardina apropiándose en exclusiva del rédito de la lucha, logrando así que todos los partidos trabajen, a su manera, por el mismo objetivo y viendo como la concejalía parece que empiezan a hacer caso al asunto, encargando las memorias, como C´s y PP insisten en el tema como eje central de su campaña y como PSOE está tirando de teléfono para que desde conselleria traten la cuestión con la prioridad que se requiere.
En definitiva, estas semanas hemos visto tres estilos de tratar con la administración local: las palmas, las tortas y las manos tendidas. Personalmente me gusta más la tercera forma, pero está visto que, con determinados asuntos, solo se obtiene respuesta efectiva cuando se actúa de la segunda
