Discúlpenme, pero esta semana sigo a vueltas con las feministas, las mujeres y el Ayuntamiento. Porque cuando a falta de argumentos consistentes se cuestiona el trabajo serio, el libre pensamiento y la conducta, muy a mi pesar, pues no estoy aquí para reproches personales, haré unas matizaciones.
Poco o nada debes de entender, Carmen, y sin embargo opinas, del trabajo que conlleva llenar todas las semanas una Columna de Opinión con 600 palabras, del compromiso personal que supone y de la labor de campo que se ha de realizar. Lo que escribo es lo que pienso después de estudiar, leer y contrastar datos. Lo que creo, porque lo contrario sería traicionarme. Y lo que quiero, porque soy libre de hacerlo. Nada sabéis ni tú, ni tu amiga Nieves, y sin embargo opináis, de mi trayectoria en la vida y en mi trabajo, de mi situación familiar o mi relación con el EPDV y su director. Y eso, querida, sí es hablar por hablar.
En cuanto a mi columna de la pasada semana, nada va a mudar ni un milímetro dicha opinión. Sigo y seguiré diciendo NO a que desde el M. I. Ayuntamiento se generalice en nombre de todas las mujeres de Villena, permitiendo que, al cobijo de vuestro Consejo Municipal, un grupo concreto, con unas ideas concretas, nos envuelva a todas en total incoherencia entre el dicho y el hecho. Si lees de nuevo mi artículo, y lo entiendes, algo que creo no ha sucedido, te darás cuenta que para nada cuestiono labores de empresas privadas. Lo que sí cuestiono y sigo denunciando es que, si como tú bien apuntas, El Cerezo es una empresa privada y como tal actúa en este evento, la presencia de la Sra Alcaldesa de Villena en la presentación de las jornadas a los medios, independientemente de si lo hizo como Alcaldesa o como presidenta del Consejo, para mí no es simbólico. Es una clara muestra de apoyo municipal a la iniciativa privada.
Soy conocedora, Sra. Sanjuán, de la situación de la mujer, de la desigualdad que asiste a muchas de ellas, del sufrimiento de otras tantas en hogares de infierno, de lo que significa luchar en un mundo de Patriarcas y del camino que queda por recorrer. Pues, el discurrir de este modo, muy a pesar vuestro, no me invalida para la percepción de la realidad social de la fémina. Lamento no opinar lo mismo de vosotras y del órgano municipal al que representáis. La posición adoptada desde la trinchera del estás con nosotras o contra nosotras, común en ambas, os ciega para apreciar que ser libre de pensamiento no pasa por aceptar posturas de colaboración con conductas machistas, ni me ofusca ante la posibilidad de poder compartir con un hombre mi amigo Aureliano en este caso ideas similares. Lo que queda patente, a la vista de lo remitido, es la postura a la defensiva y la pobreza de miras que identifica en Villena al colectivo de mujeres que se ha autoproclamado únicas poseedoras de la razón y el saber. Las que no somos feministas pensantes quedamos excluidas por pretender la división.
Os invito a las dos a leer algunas de mis columnas anteriores, y os daréis cuenta de que mi apoyo a la mujer es absoluto. Pero de ahí a compartir criterios, puntos de vista y creer a pies juntillas que vuestra verdad es La Verdad, va un mundo.
Un mundo en el cual, por fin y por suerte, Sra. Sanjuán, sí hay algo nuevo bajo el sol: La visión que la nueva mujer tiene del hombre, sin que la sombrilla del radicalismo le ensombrezca la luz.
