Peligra el centro comercial: incumplido el acuerdo privado entre Jardines del Grec y General de Galerías
El pasado 11 de abril debería haberse elevado a escritura pública el contrato privado entre las empresas Jardines del Grec y General de Galerías. Dos días antes, El Periódico de Villena tenía conocimiento de que este requisito podría no cumplirse debido a alguna discrepancia surgida desde la firma del contrato privado, difundido en rueda de prensa por los ediles de Urbanismo Industrial, Jesús Martínez, y Urbanismo Residencial, Mª José Hernández.
Según dicha información, y tras comprobar que en ninguna de las dos notarías de la ciudad se personaron ambas empresas, hemos podido constatar que las empresas implicadas no han firmado el compromiso adquirido en la reunión celebrada en el propio ayuntamiento, en la cual se firmó el contrato, privado, entre ambas empresas, por el cual Jardines del Grec renunciaba a ser el agente urbanizador de este sector en beneficio, según la posterior estimación del ayuntamiento, de General de Galerías, cediendo las parcelas de su propiedad en la misma operación.
El posible incumplimiento de contrato por parte de General de Galerías podría crear un grave problema, ya que podría retrasar sine die la realización de un proyecto demandado y deseado por la ciudadanía, que había comenzado a creer que el centro comercial, nuestro centro comercial, sería al fin una realidad tras años y años de dudosa espera.
Problema a la vista
En este momento vuelve a acrecentarse la duda, ya que si la situación estaba solventada debido a este contrato, ahora volvemos a la situación de impasse de los últimos años, legislaturas incluso, y si todo lo hablado y firmado queda de nuevo en palabras, ¿cuántos años habremos de esperar para encontrar una solución? De hecho, según hemos podido averiguar, si se denunciase el incumplimiento de este contrato privado, sin entrar en detalles del por qué, ¿cuántos años deberíamos esperar para que se dilucidase quién tiene razón?
Las buenas intenciones del actual equipo de gobierno, como las de equipos de gobierno anteriores, quedan disipadas en la duda, y siempre se intenta señalar a un culpable. En esta ocasión, que hemos vivido en primera persona y ha quedado tan cercana la formalización del contrato, preguntarnos quién puede ser el culpable no viene al caso, porque la verdadera pregunta se reduce a saber quién se está riendo de nosotros, ya que no es admisible que los intereses privados de dos empresas mantengan en vilo a todo un pueblo.