Perdida una oportunidad única
He vivido muy de cerca la alegría de una familia al conocer la noticia que la Administración Central había ingresado en su cuenta corriente la cantidad que el Ayuntamiento de Villena le debía por los servicios prestados hasta diciembre de 2011.
Esta alegría desbordante ocultaba y dejaba tras de sí innumerables días de preocupación, de zozobra, de tensión porque para una pequeña empresa una deuda pendiente de cobro siempre es motivo de preocupación, pero cuando le deuda se hace de cierta importancia, además de la preocupación se añade la insostenibilidad, y dadas las circunstancias actuales de ausencia de créditos, la deuda suponía una verdadera asfixia.
Pues bien, ya se ha cobrado. Ha tenido que ser el Partido Popular quien adoptara una serie de medidas administrativas orientadas a que todas las pequeñas y medianas empresas se vieran aliviadas de tan pesada carga. Con el pago, el gobierno de Rajoy ha inyectado una importante dosis de alivio, fortaleza y estímulo para seguir adelante cada cual con su negocio, con su empresa, contribuyendo así a fortalecer el entramado del tejido industrial y comercial de España, que tanta falta hace.
La alegría que he presenciado de esta familia de Villena la veo multiplicada por miles en toda España, y no comprendo cómo las campanas de las torres de todas las iglesias no se han puesto a repicar a gloria a la vez.
Paralelamente, me entero de que en Villena se quedó fuera de la lista de las facturas pendientes de pago un montante de 1,2 millones de euros, es decir, casi doscientos millones de pesetas. Cuando he preguntado el porqué de este descarte, me responden que las facturas no estaban debidamente conformadas y que la Interventora de nuestro Ayuntamiento no las había admitido como válidas.
Cuando los proveedores fueron en su día al Ayuntamiento a comprobar si sus facturas estaban o no incluidas en el listado a enviar a la Administración Central, a algunos se les respondió que su factura no tenía los requisitos correspondientes y necesarios, a saber, el visto bueno del técnico y el conforme del concejal. Sin estas dos firmas la factura no podía ser considerada como legal y por lo tanto no se podía incluir en la célebre lista.
Faltaba, por lo tanto, el visto bueno del técnico correspondiente al área en cuestión. Veamos, en el Ayuntamiento existen técnicos cualificados que han dado el visto bueno o que han rechazado una factura como no procedente. Existen topógrafos, aparejadores, arquitectos, ingenieros técnicos, ingenieros industriales, técnico de medio ambiente, técnico en administración, técnico en seguridad vial, economistas, abogados, policía, etc. Por lo tanto no se comprende cómo se ha dejado escapar esta oportunidad excepcional; cómo los concejales de las distintas áreas del Ayuntamiento no han motivado a sus técnicos respectivos para entre ambos dar la conformidad a las facturas presentadas, y menos todavía se comprende cómo el alcalde ha podido consentir, por su ineficacia y negligencia, que numerosas familias y pequeñas empresas de nuestro pueblo soporten el dolor de no ver satisfecha su deuda, cuando otras familias ya han cobrado.
Sr. alcalde, usted ha mostrado ineptitud, y no es que le pida que sepa usted de administración de empresas, ni de derecho laboral ni de economía, de lo único de que le acuso es de falta de sensibilidad, de no haber sabido aprovechar la ocasión probablemente única para ayudar, aliviar y solucionar los problemas económicos de un buen número de pequeños empresarios de Villena. No, Sr. Alcalde, no me sirve de nada que usted presuma de respetuoso con el medio ambiente porque no utiliza coche, si después deja caer en la miseria a paisanos suyos que hubiera podido ayudar... y usted tan feliz sigue pedaleando. ¡Increíble!