Se llamaba o, mejor, lo bautizaron como Puente Villena 2000. Lo había diseñado un excepcional arquitecto, Florentino Regalado, autor de, entre otras, las magnificas urbanizaciones Las Jacarandas en Sant Joan d´Alacant y Los Arrayanes en Santa Faz. Y sé por qué digo lo de magníficas. Tenía, recuerdo, cuatro carriles, dos en cada sentido, separados por una mediana central donde se ubicaban las farolas de estilo moderno y de elevada altura que lo iluminaban. Y en cada uno de sus laterales, una acera, muy ancha, donde podían caminar los viandantes, con comodidad y seguridad, amén de con cochecitos de bebés, carritos del supermercado o incluso sillas de ruedas, carretillas, etc. etc.
A mí me gustaba. Mucho. Lo veía moderno. Me parecía que cumplía su cometido, ser un excepcional tránsito sobre las vías del tren. Y lo hacía perfectamente, es más, diría que inmejorablemente. Y lo que a mí más me sorprendía
su coste. Yo, a la sazón, era Concejal de Hacienda. Y el que me dijeran, más aún, el que me aseguraran que aquel puente costaba sólo 800 millones de pesetas (4,8 millones de euros) me hacía pensar que podríamos conseguirlo para Villena. Porque entonces, antes del despilfarro de la legislatura del tripartito, Villena tenía crédito de hasta 2.500 millones de pesetas (15 millones de euros), tal y como consta en el documento que solicité del director regional del Banco de Crédito Local.
Nació para cubrir una necesidad, traspasar las vías del tren, y además lograr que fuese de una forma moderna, rápida, segura y económica. Sobre todo segura, porque por él iban a transitar muchos de nuestros jóvenes estudiantes de camino al tercer instituto que se estaba proyectando, al lado del Centro Sanitario. Y eso mismo también fue lo que lo mató. El miedo a que los jóvenes lo cruzaran. Yo creo que el ataque que recibió fue sin fundamento. Pero se argumentaba que, tal vez, la frecuencia de paso diaria de los jóvenes podía derivar en alguna imprudencia. Y poner en cuestión la seguridad fue determinante. Tal vez nos faltó, como equipo de Gobierno, solicitar un buen informe técnico que nos sacara de dudas. Pero, no lo hicimos y perdimos el tren.
Y nos quedamos sin paso. Año 2000. Y diez años después seguimos igual. Solo que ahora hay la posibilidad de hacer un túnel, que, visto lo visto, me parece interesante, aunque
2 millones de euros pienso que es muy poco coste. Pero de nuevo hay que pedir más informes. El mismo estribillo, la misma canción de siempre. Ahora ya no hay temas de seguridad, ya que se cruza por debajo. Ahora es el tema de tráfico
de coste. A ver, Celia, que no, que no lo demores un segundo más. Y no te creas más nada de esta gente. Ahora te dicen, nos dicen, que el túnel es reticente. Antes nos dijeron ¡conseguido! Y no era verdad. Hasta la Ministra vino a decirnos que sí, cuando era que no. ¡Hazlo! ¡Que ya está bien! ¡No pierdas de nuevo el tren!
