Peregrinos inmóviles
Abandonad toda esperanza, salmo 125º
El escritor cubano José Lezama Lima nunca salió del país que lo vio nacer. Algunos amigos que lo trataron afirman que jamás llegó a salir de casa, y que se dedicó a viajar desde el sillón a través de la prosa sin límites de obras como Paradiso u Oppiano Licario, lo cual le valió el apodo de "El peregrino inmóvil".
Si usted es de esos que pese a poder disfrutar de lo que le quede de las vacaciones de Semana Santa prefiere viajar sin renunciar a la comodidad del sofá, no olvide que no toda la letra impresa sobre desplazamientos -la consabida "literatura de viajes"- está en los libros.
Desde que leí sus tiras de Macanudo me he convertido en un admirador irredento de Liniers. En estas historietas publicadas en el diario La Nación, el autor argentino se muestra más cercano del genio de Charles Schultz o Bill Watterson que de sus compatriotas Quino y Maitena a la hora de retratar a sus personajes con ternura y voluntad de comprensión.
Buena parte de esta ternura de connotación naif, que no ingenua, se encuentra en su última obra hasta la fecha, Conejo de viaje, donde Liniers se transforma en un conejo para contarnos sus viajes por distintos países del mundo conformando, en términos del propio autor, un libro feliz, recopilado de varios cuadernos felices donde lo negativo, lo amargo, no tiene cabida.
Conejo de viaje es una obra cuyo contenido no fue concebido con la idea de ser publicado. Por tanto encontrarán en sus páginas una atrevida apuesta por el boceto, por el ensayo: un arte de lo inmediato que acerca todavía más la experiencia viajera al lector. Lo mismo sucede con el libro de viajes de Miguel Gallardo, un nombre que quizá les suene por su prolífica presencia como ilustrador en diarios y revistas varias, así como por la reciente publicación de María y yo, novela gráfica donde trata el tema del autismo a partir de su propia experiencia junto a su hija.
Pero de entre su producción me gustaría destacar una obra que, como el libro de Liniers, conforma un diario de viajes personal y transferible. Tres viajes recoge precisamente eso: la breve crónica de los periplos de Gallardo por tres países, Israel, Italia y Argentina, además de un breve paso por la ciudad de New York. En el primero visitará Tel Aviv y conocerá las costumbres gastronómicas de un país reducido y simplificado en los noticiarios televisivos de cara al mundo occidental. En Italia visitará Piamonte y Turín, donde degustará la pizza tradicional y sufrirá los estragos de los atascos dominicales. Finalmente en su visita a Buenos Aires conocerá de primera mano una urbe que tiene en el caos reinante uno de sus mayores encantos.
Dos obras estas de indudable interés que, además, están editadas con primor, como si de un verdadero cuaderno y un pasaporte se tratase; e ideales para convertirse gracias a ellas en peregrinos inmóviles, viajando de continente en continente, de viñeta en viñeta, sin moverse de casa.
Conejo de viaje y Tres viajes están editados por Mondadori y Edicions de Ponent respectivamente.