Pero sabe reír
La risa mata el miedo, y sin miedo no puede haber fe, porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de Dios
Aunque como dicen, toda comparación es odiosa, Mariano Ozores en su interesante libro Respetable público. Cómo hice casi cien películas abusa del cotejo: El ser humano es defectuoso. Corre menos que un guepardo, salta menos que una pulga, trabaja menos que una hormiga y se reproduce con menos entusiasmo que las ratas. (…) Pero sabe reír. Abusa Ozores del cotejo para, reconociendo ciertas taras en nosotros, encumbrarnos por la virtud de la risa.
En El nombre de la rosa de Umberto Eco toda la trama se explicará en torno a la valoración de la risa. En la novela el personaje Jorge de Burgos abomina de ella.
Así lo resume la versión cinematográfica de Jean-Jacques Annaud en una de las secuencias: La risa mata el miedo, y sin miedo no puede haber fe, porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de Dios.
Esto contra Tomás de Aquino y contra Aristóteles. Contra Aristóteles, contra Tomás de Aquino y… y contra el defectuoso ser humano. Contra su ser riente. Contra su ser sonriente.
