“Peter & Pan”, una versión del clásico para toda la familia
Una gran producción que nos recuerda que nunca debemos olvidar nuestra infancia y que tenemos que disfrutar la vida y respetar a nuestros mayores
La sala Escalante, La Teta Calva y la compañía LaMaR han producido esta versión del clásico de J. M. Barrie que invita al público a ilusionarse y perder el miedo a envejecer. Una obra de teatro con música en directo que rompe con la versión clásica y que ha sido adaptada y dirigida por Xavo Giménez y María Cárdenas (La Teta Calva).
La función se estrenó en el Teatre Principal de Valencia, donde pudo verse entre el 30 de septiembre y el 17 de octubre de 2023, emprendiendo después una gira que les traerá hasta Villena el sábado 17 de febrero a las 19’00 h. Entradas: 12 € y 10 € Precios reducidos para menores de 30 y mayores de 65 años: 10 € y 8 €. Bono familiar (consultar en taquilla).
El Teatro Chapí ha incluido en su nueva temporada el estreno de ‘Peter & Pan’, una gran producción con sello valenciano que nos recuerda que nunca debemos olvidar nuestra infancia, que tenemos que disfrutar siempre la vida y respetar a nuestros mayores. Valores que debemos transmitir a los más pequeños también desde los escenarios.
Marylène Albentosa, directora y coordinadora artística de la sala Escalante, valoró tras su estreno, que el equipo artístico ha conseguido una propuesta rompedora de gran formato donde no faltan detalles, desde la escenografía hasta el vestuario o la música compuesta expresamente por Carles Chiner e interpretada en escena por el elenco.
“Segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer”, estas son las coordenadas que situarán al público en la obra, aunque poco tiene que ver con el clásico. ’Peter&Pan’ es una pieza de teatro y música en directo donde la necesidad de luchar contra el hastío y las sombras de la responsabilidad llevan a nuestros siete personajes a un viejo parque de atracciones atascado en el olvido.
Una feria apagada donde las estrellas han dejado de brillar, las camas elásticas ya no rebotan y el algodón de azúcar no sabe a nada. Hasta que llega el protagonista, un anciano que mira por la ventana de su residencia.