Fuego de virutas

Pista

Entre las anécdotas más sonadas del atletismo están las protagonizadas por Anthony Scott Weiland y Ferdie Adoboe. El primero, con veintisiete años de edad, participó en octubre de 1982 en la maratón de Detroit corriendo hacia atrás en un tiempo de 4 horas, 7 minutos y 54 segundos. El segundo, estadounidense, también hacia atrás, realizó los cien metros lisos en 14 segundos. Esto fue en Amherst casi un año más tarde, en julio de 1983. Luego están los casos de la campeona mundial Zola Budd-Pieterse de Sudáfrica y del vencedor olímpico Abebe Bikila de Etiopía corriendo con los pies descalzos. Cosa que para algunos más que heroicidad es, contra posibles lesiones por el calzado, sensatez.

No se nos ocurre qué mérito o rareza podrían protagonizar atletas villenenses para llamar la atención pública y que se les atienda. El Club Atletismo Promesas ha iniciado una recogida de firmas reivindicando una pista de atletismo reglamentaria para Villena. Precisamente este año, con la intención de hacer un pequeño estudio, hemos empezado a recopilar información sobre la práctica del atletismo en Villena que –entiéndase en versión carrera popular– por lo menos se remonta a más de un siglo. Esta liebre la pillamos cuando nos ocupó el estudio sobre la prensa local donde descubrimos referencias a la celebración de carreras pedestres en la población con motivo de alguna festividad. Pero tiempo tendremos de traer el pasado, sirviéndonos éste, no obstante, para reivindicar el futuro. Y el futuro, que debería ser presente, es la pista de atletismo que se pide para Villena porque, esto se argumenta, otras poblaciones similares o más pequeñas gozan de unas instalaciones "envidiables" para la práctica del atletismo.

Sirva de consuelo, nunca de justificación, el que desde que vivimos en Orihuela –esto es desde septiembre de 2000– llevo/llevamos pidiendo un polideportivo con instalaciones dignas para la práctica del atletismo en la ciudad del Segura. Aún no lo tenemos. Y no es que la reivindicación fuera idea nuestra, nos sumábamos a una reivindicación antigua. Por lo que la cosa va para más de una década. Recogimos firmas, escribimos a Alcaldía y Concejalía pertinente y mantuvimos alguna reunión con el concejal responsable o con los responsables del concejal, que donde hay marinero-asesor parece que no manda patrón-asesorado.

De estas reuniones aprendimos los planos de los proyectos y, mucho, a marear perdices. Podría dirigir las obras de memoria pero son obras que por hache o por be nunca comienzan y... Así estamos cuando para Villena se nos invita a que firmemos para una pista reglamentaria. Son paisanos con los que semana tras semana coincidimos en competiciones corroborando los progresos de jóvenes atletas y, al tiempo, lamentarnos ciertamente de que ni Villena ni Orihuela, a diferencia de muchas poblaciones vecinas, tienen lo que deberían tener.

Nuestros jóvenes atletas corren hacia adelante mientras las políticas parecen correr hacia atrás. Como queriéndonos devolver a aquellas carreras antiguas junto a Santa Lucía batiendo caminos de polvo que al cabo corroboran, junto con el cross nocturno hoy, una tradición en Villena que merece atención y en la que siempre han destacado atletas. En deportes es difícil prever si cuajarán figuras de élite. Hay en la ciudad quien pinta maneras. Lo que no dudamos es que en este deporte hay una élite ética que dice mucho bueno de quienes lo practican. Lo podemos ver en las criaturas que semana tras semana, con el apoyo y sacrificio de sus padres, recorren de triunfos –y sonando Villena– pistas ajenas, quizás soñando con la ilusión, algún día, no necesariamente del podio, sino de atravesar en su pueblo la meta de una pista como Dios manda.

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