Planeta Palahniuk
Abandonad toda esperanza, salmo 47º
"Abandona tu vida durante tres meses. Desaparece. Deja atrás todo lo que te impide crear esa obra maestra. Deja a tu familia, y tu trabajo y tu casa. Todas las obligaciones. Vive con gente creativa como tú. Alojamiento y comida gratis para aquellos que consigan ser seleccionados. Antes de que sea demasiado tarde. Vive la vida que sueñas". Esta es la premisa de Fantasmas, la última novela de Chuck Palahniuk, un escritor que no cree en las personas.
En esa colonia de escritores se reúnen presuntas promesas de la literatura norteamericana, que responden a apodos como San Destripado, el Conde de la Calumnia, el Chef Asesino, el Duque de los Vándalos o el Reverendo Sin Dios, con la intención de escribir los mejores relatos de los que sean capaces o, por qué no, esa Gran Novela Americana con la que sueñan todos los prosistas del Gran Imperio. Y Palahniuk, como en el Decamerón de Boccaccio o el Quijote de Cervantes, o como en Storytelling, la cinta de Todd Solonz (cineasta, enfant terrible como el propio Palahniuk), reflexiona metaliterariamente tomando posesión de sus creaciones y escribiendo los relatos y los poemas de sus propios personajes.
Pero Palahniuk no se esfuerza lo más mínimo en dar entidad propia a sus marionetas, o en conferir un estilo diferenciado a cada una de las narraciones que se incluyen en este intento de novela total. De esta forma, y como ya dijimos en su día de la interesante Lunar Park de Brett Easton Ellis, Fantasmas no funciona como la ficción que nos puedan querer vender. Todos los personajes son, en cierta medida, fantasmas del propio autor. Bienvenidos a Planeta Palahniuk.
Ahora bien, como visión del mundo en el que vivimos, la novela supone una experiencia reveladora e inolvidable. Porque, por un lado, Palahniuk escribe bien, condenadamente bien; y por otro, es un individuo que conoce muy bien a las personas. Por eso no cree en ellas.
Ya en el El Club de la Lucha, el autor denunciaba un mundo vendido al consumismo más exacerbado, donde eres lo que posees. La adaptación cinematográfica de David Fincher, con unos magníficos Brad Pitt y Edward Norton como protagonistas, popularizó el nombre del escritor norteamericano, acercando sus ideas a propósito de la Generación Ikea al gran público. Tyler Durden, encarnado en la película por Brad Pitt, abogaba por una revolución contra el status quo y una vuelta a la barbarie. Pero unos meses después la propia película de Fincher salía a la venta en DVD, con dos discos, en una por aquel entonces cotizada y hoy inencontrable edición en formato digipack de lujo. Un bonito envoltorio por el que se pagaba un buen extra. Yo lo tengo. La huída es inevitable. Estamos atrapados en el Planeta Palahniuk.
Fantasmas está editada por Mondadori (2006).