Pobreza: El socialismo, es lo que tiene
Ese es el resultado inapelable de la aplicación de las ideas socialistas: una casta de ungidos encaramados al poder que se enriquece, unos grupos de presión que le hacen el trabajo sucio y, en contraposición, una clase media destruida.
La propaganda de izquierdas es tan burda como eficaz. Los socialistas llevan dedicados al noble oficio de engañar a los obreros desde su fundación hace más de un siglo, así que no resulta extraño que en todo este tiempo hayan depurado sus técnicas hasta alcanzar el grado sublime que tienen en la actualidad.
Esas abultadas dosis de propaganda, a base de frases sencillas y acusaciones metafísicas que influyen en el terreno emocional de la gente de a pie, es lo que permite a nuestros socialistas contemporáneos seguir blasonando de que su principal objetivo es defender el bienestar de los más desfavorecidos. El PSOE dice que va a castigar a los ricos y los pobres le creen, aunque los realmente adinerados, en este o cualquier otro país, disfruten de muchas más gabelas cuando manda la izquierda que cuando lo hace la derecha. La consecuencia es que, aunque los trabajadores pasen hambre como ya está ocurriendo en muchos casos, prefieren votar a un partido que les regala los oídos estimulando el sentimiento de la envidia, sin el cual el socialismo perdería gran parte de sus expectativas.
Cuando aparece algún socialistón que se ha enriquecido de forma asombrosa, las víctimas del telediario saldan el expediente acusándole de no ser realmente de izquierdas. Al contrario. Precisamente por ser socialista se ha enriquecido mientras la población normal se empobrece. Ese es el resultado inapelable de la aplicación de las ideas socialistas: una casta de ungidos encaramados al poder que se enriquece, unos grupos de presión que le hacen el trabajo sucio a cambio de que sus miembros vacíen el bolsillo ajeno y, en contraposición, una clase media destruida y millones de obreros viviendo del mísero subsidio estatal.
Lo dramático es que precisamente cuando la injusticia social es más notoria, es cuando los más perjudicados exigen una dosis mayor de socialismo; no de otra forma cabe entender que, a estas alturas, Zapatero siga generando un notorio apoyo popular que le puede llevar a revalidar su victoria electoral en 2012 si antes no revienta por completo nuestra economía.
El socialismo es el mayor agente destructor de riqueza y la garantía de que los pobres lo van a ser cada vez más, mientras un ejército de parásitos vive en la abundancia desvalijando a los que no tienen capacidad suficiente para defenderse de las coacciones del Gobierno. Eso es el socialismo y esos son los socialistas. Es una pena que no sólo estén en el PSOE.
Fdo. El Pablo Molina