Vamos a explicar, para que no tengamos que volver a repetirlo, el motivo por el que nuestros grandes talentos villeneros en materia de cultura no aparecen en esta humilde columna. Y es que pese a centenarios, bicentenarios o reediciones de sus obras, ninguno de nuestros grandes hombres ha pisado jamás hasta hoy estas líneas.
Ni nuestro archiconocido José María Soler, ni el afamado compositor Ruperto Chapí, ni el escultor Antonio Navarro Santafé y los recientes actos celebrados en su memoria, ni otras figuras más cercanas en el tiempo como Alfredo Rojas por ejemplo. No crean, queridas personas, que no se les guarda respeto cuanto menos en estos Días Felices, incluso aprecio en salvados casos, se trata más bien de una cuestión de forma y de metas más que de indiferencia o desafecto.
Como ya hemos tratado en otras ocasiones (véase Y mañana qué) el afecto y la dedicación que Villena entrega a nuestros ilustres es más que patente cuantitativamente en una rápida mirada a estudios, actos, homenajes, celebraciones y demás saraos oficiales. También las páginas de todos los medios de nuestra ciudad, por hache o por be, reflejan el orgullo villenero de contar con figuras de tan extendida fama en nuestro haber. Es evidente entonces que no hay modo posible de ignorar el trabajo de estos prohombres si bien tampoco es de lo que se trata. Como tampoco se trata las más de las veces de ofrecer críticas o promociones de actividades, artistas o espectáculos que, literalmente, no necesitan presentación. Una de las finalidades del trabajo que mostramos es la de revalidar el trabajo de las nuevas figuras de nuestra localidad, algo que aparece menos veces de las que me gustaría quizás porque no es el fin último del apartado aunque podría serlo, como podría ser el de descubrir nuevos valores, algo que quizás deberíamos estudiar. El fin reivindicativo busca señalar aquellas otras cosas que pudieran pasarnos desapercibidas, o a las que a priori prestaríamos menos atención, trabajo realizado con especial incidencia en la actividad local pero sin olvidar aquello que desde fuera llega a la ciudad. Las llamadas a la asistencia al teatro en general, a ciertos espectáculos en particular y a las producciones locales como la de Caricato Teatro este fin de semana con su propuesta Abrázame se imponen sin convertir la sección en una continua crítica de la actualidad escénica. Y tras esta breve reflexión, útil también para mi propia evolución, espero que ahora la modesta tarea que se impone en este apartado no de pie a dudas referentes al respeto o el valor de lo presente y consagrado pues su ausencia no le resta mérito y sin embargo las aportaciones que traemos muchas semanas ayudan a la suma de celebridades futuras.
