Abandonad toda esperanza

Por si les da por leer en Fiestas

Abandonad toda esperanza, salmo 379º
Por segunda vez en poco tiempo me veo en la obligación de tener que despedirme de ustedes, y no es que el director de esta excelsa publicación me deje en la calle (aunque después de lo de Jordi González y el médico de las mañanas de La 1 ya nadie está a salvo), sino que volvemos a irnos de vacaciones durante unas semanas con motivo de esas fiestas locales que, no sé si saben, empiezan el 4 de septiembre. Así que aprovecharé de nuevo la ocasión para recomendarles algo que leer entre tanto desfile, tanta diana y tanto almuerzo frugal. Esta vez son títulos adaptados al cine, pero cuyas adaptaciones no he visto por no poder o no querer verlas. Me explico: esto se debe en ocasiones a que la película en cuestión o bien no llega a Alicante o si lo hace es solo en versión doblada. En el caso de Tú y yo, el esperado regreso de Bernardo Bertolucci tras una década sin dirigir desde aquella magistral Soñadores, ni siquiera me he preocupado de comprobar si la estrenaban aquí, porque un trabajo intimista como parece ser este verlo doblado es como no verlo. Así que he optado por leer el libro de Niccolò Ammaniti... del que ya conocía otra adaptación, No tengo miedo, pero si entonces leí la novela primero y vi la película después ahora con Tú y yo toca hacerlo al revés a la espera de ver el film en V.O. cuando se edite en formato digital. En cuanto al libro, se trata como digo de un relato intimista protagonizado por un niño al que le cuesta relacionarse con los demás, y que encontrará en su hermana a un aliado inesperado. Un relato magnífico y que dada su breve extensión y su gran interés se lee de una sentada.

Vamos con un caso bien diferente: Saló, de Pier Paolo Pasolini. Un cineasta que me interesa mucho (y no solo como realizador: sus artículos de opinión o sus críticas del trabajo de sus colegas son de lectura obligatoria), pero un film que dada su extrema crudeza no he sido capaz de ver más allá de diez minutos en algún pase televisivo; y se lo dice alguien que se ha tragado Irreversible, Martyrs y A Serbian Film de cabo a rabo. Eso no quita para que con un cierto esfuerzo me proponga leer Los 120 días de Sodoma del ilustre Marqués de Sade que sirvió de base para aquella (dicen) obra maestra del cine europeo. Si desean acompañarme, les recomiendo la reciente edición que corre a cargo del ilustrador Miguel Ángel Martín, encargado aquí de actualizar el texto eliminando algunos pasajes repetitivos -recuerden: el divino marqués la escribió en prisión como buenamente pudo, y es fácil suponer que la dejó sin revisar- y, por supuesto, de ilustrar muchas de las parafilias que salpican (nunca mejor dicho) sus páginas con su particular estilo de contenido extremo pero trazo naif, que mitiga un poco la dureza de la propuesta. Pero solo un poco.

Dejo para el final la que me parece la mejor novela leída en lo que va de año: Perdida, el thriller de Gillian Flynn que, por una vez, justifica todo lo bueno que críticos, lectores y campañas promocionales han dicho de ella. Una obra maestra narrada a dos voces que funciona igual de maravillosamente bien como relato de intriga que como retrato de la sacrosanta institución del matrimonio. ¿Y la película? Pues no la he visto sencillamente porque no se ha rodado todavía, pero nos llegará un año de estos de la mano de mi idolatrado David Fincher y de dos actores que parecen nacidos para interpretar a su pareja protagonista: Ben Affleck (sí, Batman) y Rosamund Pike. Será la película del año, ya lo verán, como la novela es el libro de este. Y olvídense del cansino de Harry Quebert.

Tú y yo, Los 120 días de Sodoma y Perdida están editados por Anagrama, Reino de Cordelia y Mondadori respectivamente.

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