Porque todo es poco
Desde esta semana, mi espacio público y físico de EPdV mostrará el lazo que ven arriba. Y lo hará como símbolo que representa la lucha por otras muchas causas y como señal de respeto, protesta y recordatorio para aquellas mujeres que mueran víctimas de la violencia machista.
Esta iniciativa que ahora comienza va a intentar arrimar el hombro contra este drama que vive la sociedad española y que nos arroja nuevos casos semana sí semana también. Es mi pretensión llegar con ello un poco más lejos que la simple referencia vistosa de dejar constancia de estos asesinatos, e intentar alargar en la medida de lo posible su sombra para que nos pese un poco más, para que nos duela más y no caigan en el cajón de la normalización de su habitualidad. Valga esta semana como icono único que unifique a las cuarenta y dos víctimas que arroja la negra lista de esta vergüenza nacional, que tiene pocos atisbos de empezar a dar señales de ceder y que, lejos de ir restando nombres, va sumándolos para sonrojo de todos los implicados en poner veto a su imparable evolución al alza.
Y la lista va engordando. La pasada semana fueron cuatro las mujeres asesinadas, víctimas con patrones de vida y edades completamente diferentes, lo que dificulta poder realizar el prototipo de maltratador y, lo que es peor, protegerlas de sus asesinos. Sé que no está en mi mano segar de raíz este mal, y que seguramente poner un crespón negro en mi columna a muchos les pueda parecer una nimiedad comparado con el problema, pero creo que todo grano hace granero y que esta vida se puede vivir de dos maneras: o dejándose llevar por ella o intentando cambiar las cosas, del modo que sea, desde donde sea y como sea.
Lo importante es sentir la revelación contra las injusticias y las maldades, creer que un pequeño gesto puede evitar una desgracia y llevarlo a cabo, implicarse con los demás contra los males de todos, porque la pasividad y la indiferencia de la que hablaba la pasada semana es tan lamentable y dañina como la violencia contra nosotras. El trato que desde la prensa se les da va reduciendo cada vez más su espacio, atrasando su lugar en la parrilla de salida de los informativos y periódicos, quedando reducidos al ámbito de la noticia inmediata y de corta referencia en los medios de comunicación, del comentario momentáneo y fugaz si es vista en compañía, de la lamentación puntual y el olvido inmediato, porque el otra más se ha instalado entre nosotros y la frecuencia de su suceso es tanta que ya ni tan siquiera los tratan como noticia de apertura buscando posiblemente evitar el efecto dominó que la difusión de los mismos puede provocar.
Pero esta tendencia, que probablemente sea la adecuada, es también la que circunscribe la desgracia al lugar donde acontece e impide que el resto, los que tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar las cosas, nos impliquemos en ello. Pero yo he decidido que son los pequeños esfuerzos los que ejecutan grandes obras, así que no voy a dejar pasar la oportunidad de denuncia que me proporciona este lugar, y hasta que desde nuestro ayuntamiento se habilite un teléfono para mujeres maltratadas aparecerá el 016. Hasta que desde la concejalía de Igualdad se reciban comunicados de protesta y propuestas de lucha, hasta que se convoquen concentraciones silenciosas por actos de terrorismo doméstico, este espacio será para todas vosotras si lo sufrís y este email, imforte@hotmail.com, está a vuestra disposición para las que queráis elevar vuestra voz a través de la mía.
Teléfono de atención a las víctimas de la violencia de género: 016