Presupuestos participativos y cerdos rosas volando
Tan improbable es que se dé una cosa como la otra. Aunque los presupuestos participativos dependen solo de una voluntad política real y creíble. Los cerdos rosas volando, sin embargo, pueden ser producto de nuestra imaginación, de las sustancias psicotrópicas consumidas o de experimentos genéticos veterinarios.
La concejalía de Participación Ciudadana y el Foro Económico y Social han organizado dos jornadas para hablar sobre presupuestos participativos. Algo encomiable y esperanzador, si no fuera porque la actitud del equipo de gobierno suena más a simple hipocresía, lo que ahora se denomina postureo, que a una medida efectiva y a un compromiso serio con los villeneros y las villeneras.
Hay muchas cosas que no cuadran en este asunto, empezando por el hecho de que no se haya informado de la cuantía que supone para el erario público estas dos sesiones. Así como cuáles serán los criterios y los emolumentos para la contratación de posteriores trabajos de consultoría, si los hubiera. Sin transparencia se incumple uno de los requisitos y principios esenciales aplicables a estos procedimientos.
Los presupuestos municipales de 2017 siguen sin estar presentados, debatidos y aprobados a estas alturas del año. Lo mismo ocurrió ya en 2016. Este desfase de 6 meses se podría considerar una disfunción o una anormalidad crónica en un consistorio gobernado por mayoría absoluta. Tal vez sea una clara evidencia de la mala gestión de los Verdes, que les incapacita para asumir retos mayores y más complejos tendentes a dar participación a la ciudadanía en estos asuntos. Sería muy esclarecedor conocer también cuál es la opinión del interventor accidental al respecto.
A pesar de ostentar la alcaldía y la delegación de Hacienda durante los últimos 6 años, los Verdes nunca han mostrado interés en impulsar iniciativas participativas en este sentido. Y oportunidades han tenido de sobra. Solo se han limitado a presentar las cuentas públicas unos días antes de ser aprobadas en Pleno. Algo totalmente insuficiente y desalentador. Asimismo, se apunta a que, llegado el caso, se consultará a la ciudadanía sobre un porcentaje, quizá surgido del remanente. Es decir, una limosna del montante total para acallar bocas y contentar las inquietudes de la ciudadanía. ¿Pura apariencia? ¿Otra falsa municipalización que suena a broma?
El acicate ha sido la creación de una comisión en el seno del Foro Económico y Social sobre presupuestos participativos, lo que ha obligado al equipo de gobierno a no quedarse atrás para no hacer el ridículo. Por este motivo, existe el riesgo de aprovechamiento inmerecido, instrumentalización institucional y manipulación política.
En la nota de prensa oficial anunciando las jornadas se recurre a expresiones demasiado exageradas que restan credibilidad al contenido. Unas frases pretenden servir de justificación épica, casi heroica: superadas las graves deudas que amenazaron la viabilidad económica del Ayuntamiento. Y otras son excesivamente complacientes y triunfalistas: Presupuestos Participativos únicos en la historia de Villena. Y eso que no se ha hecho nada todavía.
Que los presupuestos participativos se posterguen hasta 2018, vísperas de año electoral, puede sembrar dudas de cuál es la verdadera intención del equipo de gobierno. Cualquier actuación municipal en esos momentos queda contaminada y supeditada a intereses partidistas. Ojalá que no. Tiempo al tiempo.