El primer bikini
Discuten que si el primer bikini que se vio en España fue en Ibiza, en 1953. Otros que en Benidorm, entre 1949 y 1950. Otros que antes, en 1948 y en Santander
Discuten que si el primer bikini que se vio en España fue en Ibiza, en 1953. Otros que en Benidorm, entre 1949 y 1950. Otros que antes, en 1948 y en Santander. A saber. Pero nosotros no queremos hablar del primer bikini en España, sino del ¡primer bikini de la humanidad! Porque cuando en 1966 se estrenó la película Hace un millón de años se publicitó en el extranjero pregonando este reclamo: "¡Vea a Raquel Welch con el primer bikini de la humanidad!"
Que la actualidad normalmente nos sugiere lo que escribimos, se evidencia en el tema que nos ocupa, resultando paradoja que aludamos a cuestiones de hoy en una columna que pretende –o pretendía– entretenerse en asuntos de ayer. Asuntos de cuando nuestros años de infancia y primera adolescencia. Esto es, por las décadas de los 60 y 70.
Pero resulta que es esa misma actualidad la que procura que aterricen en nuestra memoria vivencias que activan las cosas de ayer que hoy pretendemos recordar y nos gusta recordar. Así, una noticia reciente, la muerte de la actriz Rachel Welch en Los Ángeles el pasado 15 de febrero, nos ha transportado a los ayeres que queremos rememorar. Y en los ayeres que queremos rememorar, despertando la pubertad, cuerpos como el de Rachel Welch no pasaban desapercibidos. No en vano como "El cuerpo" fue apodada.
No era el único cuerpo de estrella comercializado y cosificado, había sido y era también el de Marilyn Monroe. Pero cuando nosotros nacimos, Marilyn –Candle in the wind– ya había muerto: Goodbye, Norma Jeane / Though I never knew you at all / You had the grace to hold yourself / While those around you crawled (...) –Adiós, Norma Jeane / aunque nunca te conocí / tuviste la gracia de mantenerte erguida / mientras que los que te rodeaban iban a gatas (…)– Y frente al glamour en blanco y negro que Marilyn nos parecía, Raquel Welch se nos presentaba más campechana. El póster de la película Hace un millón de años, versión bikini o versión más vestida con harapos primitivos, era un cartel muy sugerente.
En un montaje de diapositivas –filminas decíamos aún– de un curso de educación sexual que nos pusieron en el colegio salesiano, cuando para muchas familias esto era avanzar demasiado, en las primeras imágenes el adolescente protagonista empezaba a descubrir los "misterios" del sexo tras una polución nocturna soñando con la imagen de Raquel Welch en Hace un millón de años.
Con esta o con otra similar de 1970 que en la memoria se nos mezclan, protagonizada por Victoria Vetri: Cuando los dinosaurios dominaban la tierra. Ni una película, ni la otra sintonizan con el rigor histórico al contextualizar en la misma época a los grandes saurios con la primitiva humanidad suponiendo unos orígenes para el ser humano similar o superior al de las hormigas.
Welch, Vetri, Brigitte Bardot... Iconos de aquellos años, quien piense que lo de sex symbol es machismo no descuide que también los había masculinos: Marlon Brando, Elvis, Alain Delon, Robert Redford... Y si en aquellos años de despertares pudo ser para nosotros Raquel Welch u otras, nunca dejamos de apreciar la belleza de Maureen O'Sullivan, la mejor Jane del mejor Tarzán, Johnny Weissmüller. Después vinieron otros cuerpos, después nos vendieron otros cuerpos mercancía. Entre los de mayor éxito hubo un tiempo para Bo Derek –10, Bolero...– pero entonces nosotros estábamos por otras estéticas menos curtidas, lubricadas y/o lúbricas. Vamos, que nos atraían otras bellezas menos voluptuosas y más tiernas, cercanas. Y en estas seguimos, relajada con el tiempo la pasión, alimentando de caricias los días.