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Profesport: ¿A toda mecha?

El running sigue creciendo a un ritmo vertiginoso, probablemente por la grandeza de sus aspectos físicos, psicológicos y sociales, así como su simplicidad a la hora de llevarlo a la práctica, pero también es verdad que el número de runners lesionados aumenta en proporción de forma considerable.
La optimización del tiempo es una ventaja, no necesitamos de una infraestructura específica y el coste de material suele estar al alcance de cualquier bolsillo. La forma física de inicio no excluye de su práctica, y el efecto analgésico producido a lo largo del tiempo hará que no cese la espiral en la que nos hemos metido casi sin darnos cuenta.

¿Estamos de enhorabuena? En cierto modo sí, sin duda, pero por otro lado observamos una serie de hábitos y rutinas que debemos conocer y cambiar antes de que sea demasiado tarde. El enemigo del running es dejarlo todo en manos del azar y ese amigo que afirma “controlar” ya que lleva muchos años en el mundillo y kilómetros corridos y seguramente habla en base a su experiencia personal, pero sin soporte científico que avale cuestiones de tipo técnico o la propia preparación física. Si encima es un buen amigo o amiga y sabe cómo motivarnos, a pocos se les ocurrirá cuestionarle sus métodos o consejos. Grave error.

Aunque el objetivo de la mayoría de los runners no sea ser atletas de élite, finalmente se acaban acercando mucho a los rodajes de los profesionales. Con los rodajes que se manejan hoy día dentro del running amateur, los cuidados y atenciones a nuestro cuerpo están muy próximos a los de un atleta Top a nivel mundial. El daño a nivel de aparato locomotor y esfuerzo del sistema cardiovascular será muy parecido, incluso mayor, probablemente porque en ocasiones no existen procesos de adaptación en años previos.

El propósito de un servidor no es caer en la neurosis ni frenar a todo aquel que quiera iniciarse en el running. Más bien todo lo contrario: hacer de su práctica algo placentero y saludable. ¿Por dónde empezar? Partiendo de unos cimientos sólidos: alimentación, técnica de carrera y valoración de aptitud por parte del médico. Una mala alimentación hará entrenar con niveles no óptimos de energía, cambios en los picos de azúcar con su consiguiente sensación de muro. Un mal dominio de la técnica de carrera agudizará problemas en la espalda y rodillas principalmente, disminuyendo eficacia mecánica y gastando más energía de la cuenta. La visita a un médico especializado debería ser de obligado cumplimiento, una exploración para detectar problemas asintomáticos nos evitará más de un disgusto, además de una prueba de esfuerzo que descarte patologías y evidencien el estado de forma actual.

¿Quién me puede ayudar? Existen grupos multidisciplinares de profesionales que se dedican a ello (Licenciados CAFyD, Nutricionistas, Médicos, Fisioterapeutas, etc.), pero si lo que queremos es un servicio profesional y enfocado al running el perfil más adecuado será un Licenciado en CAFyD o profesionales con titulaciones federativas en atletismo. El profesional con el que contemos será el encargado de guiarnos para alcanzar nuestros objetivos y decidir cuándo estamos preparados para dar el salto al siguiente escalón, consiguiendo las máximas prestaciones con el menor riesgo para la salud.

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