Profesport: Actividad física, sexo y calorías
Según numerosas investigaciones, las personas que practican deporte tienen un índice mayor de satisfacción sexual que las sedentarias. Además, la actividad física ayuda a prevenir la disfunción eréctil y actúa como un afrodisíaco natural para hombres y mujeres.
La Universidad de Emory de los EEUU publicó los resultados de un estudio que indagó la vida sexual de hombres sanos menores de cuarenta años. Tras analizar la función eréctil, orgasmo y satisfacción sexual de los participantes, los científicos concluyeron que los mejores resultados correspondieron a quienes practicaban deporte intensamente, con un gasto calórico superior a las 1.400 kilocalorías semanales (correr de ocho a diez kilómetros por hora implica gastar 500 calorías).
La Universidad de Ankara, Turquía, demostró que el ejercicio regular incrementa el flujo sanguíneo en el clítoris y mejora la función sexual femenina, mientras que según los resultados publicados en el Journal of Sexual Medicine, el ejercicio regular incrementa el flujo sanguíneo en el clítoris, un órgano sexual eréctil que interviene activamente en la regulación del placer femenino durante la excitación y orgasmo. Sumado a la multiplicación de endorfinas -las hormonas del placer- que se liberan durante la práctica de ejercicio, las deportistas evidenciaron mejor vida sexual que sus pares menos activas.
El doctor Hernán Delmonte, cardiólogo de la Fundación Universidad Dr. René Favaloro, resalta el poder preventivo de un mínimo de 30 minutos diarios de actividad física y enumera sus múltiples beneficios: a) Incrementa la producción de oxido nítrico, un potente vasodilatador, necesario para dilatar los lechos vasculares de los cuerpos cavernosos del pene y del clítoris; b) Actúa sobre la estructura y función de las células endoteliales, protegiendo las paredes arteriales; c) Mejora la composición corporal, reduciendo el porcentaje graso y aumentando el magro; d) Ayuda a dormir mejor, elevar la autoestima y reducir la depresión, que es causa frecuente de la disminución de deseo y de la disfunción eréctil; e) Libera endorfinas, que estimulan la sensación de placer.
La Universidad de Catania, Italia, publicó una revisión de la literatura médica que partió de un dato puntual: la disfunción eréctil -dificultad para alcanzar o mantener una erección- incrementa con los años y recibe el impacto negativo de la inactividad física, que también avanza con los años. Optimistas, encontraron la receta para revertir ambos problemas: una combinación de dieta mediterránea y actividad física. La fórmula -natural, económica y de fácil aplicación- ayuda a disminuir la grasa visceral, mejora la función vascular y controla la hipercolesterolemia, el sobrepeso y la hipertensión, factores que amenazan a la sexualidad masculina.
Pero como todo llevado al límite puede ser perjudicial, el psicólogo del deporte Guillermo Ojea afirma que cada persona debe realizar actividad física acorde a sus necesidades particulares, sobre todo en los mayores de 50 o con riesgo cardiovascular, ya que diversos estudios realizados en corredores adictos a la actividad física en esas circunstancias, revelan que aquellos que están dominados por la necesidad de correr de forma continua y todos los días, la actividad física puede dejar de ser un estimulante sexual para convertirse en un simple sustituto.