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Profesport: Deporte para embarazadas, ¿bueno o malo?

Que la práctica deportiva es algo que mejora la salud es una idea bien conocida por la mayoría de la población y llevada a cabo por cada vez más gente. Sin embargo, muchas embarazadas vuelven a hacer ejercicio físico o comienzan programas de actividad física durante el embarazo. Los médicos, ginecólogos, matronas y pediatras son los primeros en recomendar la práctica regular de actividad física para embarazadas, pero ¿por qué?
En general, la práctica de ejercicio físico mejora la condición cardiovascular y muscular, favorece la corrección postural y evita un aumento excesivo de peso, lo que proporcionará a la embarazada una mejor condición física general y le permitirá llevar un embarazo y parto con menos riesgos y mejor preparación. Mejora la tensión arterial y protege frente a la diabetes gestacional, pudiendo ser empleado como tratamiento alternativo que permitiría disminuir o incluso suprimir el uso de insulina.

¿Qué actividad física? Generalmente, se recomienda el ejercicio moderado, no intenso, mínimo 4 veces por semana unos 30 minutos y siempre de forma progresiva. ¿Cuál? Caminar, natación o Pilates son las más recomendadas, siempre que esté orientado para embarazadas. Evitar brusquedades, riesgo de caídas o altas intensidades de ejercicio.

¿Y trimestre a trimestre de embarazo? Las mujeres que realizan ejercicio físico habitual suelen estar en condiciones de continuar su práctica pero con ligeras modificaciones. En mujeres deportistas no se afecta el rendimiento durante el 1º trimestre, pero después cae gradualmente. El embarazo parece tener un "efecto de entrenamiento" que aumenta el rendimiento en el postparto, tal y como se ha demostrado en tests realizados en atletas que siguieron entrenando durante toda la gestación y en el postparto alcanzaron consumos de oxígeno superiores a los previos al embarazo. En mujeres sedentarias o que practican ejercicio físico ocasional, la gestación no es el momento más idóneo para fomentar nuevas prácticas deportivas. Se aconsejará la incorporación a un programa específico de preparación al parto o la realización de actividad física de forma progresiva.

El segundo y tercer trimestre, se buscarán actividades que desarrollen cualidades como la flexibilidad, relajación, fuerza muscular (orientada a fortalecer la musculatura pélvica y corregir los cambios posturales producidos por el desplazamiento del centro de gravedad hacia atrás) y ejercicios respiratorios. Conviene restringir la natación en las últimas 6 semanas por el riesgo de infecciones o cualquier actividad que pongan en riesgo el feto.

En cualquier caso, si algo no funciona bien, son los médicos los que deben desautorizar la práctica de actividad física, lo cual suele ocurrir en casos donde se recomienda reposo a las embarazadas con el fin de evitar riesgos.

Desde Profesport recomendamos muchas de las actividades físicas que se proponen para embarazadas en nuestra ciudad. Sin duda, la salud no sólo de las madres, sino también de los futuros bebés se pone en juego.

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