Son varias e interesantes las conclusiones extraídas del estudio pionero sobre los Hábitos deportivos de la población escolar en España, publicado recientemente por el Consejo Superior de Deportes y la Fundación Alimentum, que sirven para conocer la realidad de la práctica de actividad físico-deportiva de niños y jóvenes, y a partir de ahí proponer líneas de actuación para consolidar estos hábitos.
El porcentaje de la población en edad escolar (6-18 años) que realiza más de 3 veces por semana práctica física varía en función de variables como la edad, el sexo y el entorno geográfico. En términos globales, dicho porcentaje se sitúa alrededor de un 55% de la población. Con el incremento de la edad, el porcentaje desciende de manera significativa y progresiva, de forma que en el tramo final de la etapa escolar se sitúa por debajo del 50%.
El sexo influye de manera significativa en los resultados encontrados. La mayor parte de los estudios ponen de manifiesto una diferencia de práctica de actividad física de alrededor de un 20% entre chicos y chicas. Además, en algunos tramos de edad, especialmente al final de la etapa escolar, el porcentaje de chicas que no realizan ningún tipo de actividad física y deportiva se eleva hasta casi la mitad de la población (alrededor de un 47%), mientras que en el caso de los chicos ese porcentaje disminuye hasta un 25% aproximadamente.
El tránsito de una etapa educativa a otra (de primaria a secundaria) es señalado como uno de los momentos críticos para el abandono de la práctica de la actividad física y el deporte. Los factores que influyen en esta tendencia no están suficientemente clarificados.
Con carácter general, respecto a los motivos de la no práctica deportiva o al abandono de la misma a medida que aumenta la edad, la falta de tiempo libre y la ocupación del tiempo con otras actividades es el argumento más repetido.
A pesar de la disminución de la práctica, un 90% de las chicas y chicos de entre 14 y 16 años manifiestan la necesidad de realizar algún tipo de práctica deportiva, es decir, que su nivel de sensibilización hacia la práctica deportiva es muy elevado.
Según Profesport, si la preocupación por el bienestar y la salud son valores en alza para una sociedad que busca calidad de vida, la práctica de actividad físico-deportiva se convierte en la herramienta esencial que mejorará el plano físico, mental y social. Si una persona valora el cuidado de su cuerpo y su salud, tarde o temprano encontrará tiempo para dedicarle a algo que le resulta importante y sabe que le beneficia. Si por el contrario, los motivos por los que una persona hace deporte son principalmente pasarlo bien, relacionarse o competir, habrá más probabilidades de que desaparezca la motivación hacia la práctica. Es por ello que los encargados de la educación integral de cualquier niño o adolescente se deben plantear qué lugar ocupa la enseñanza y consolidación de estos hábitos saludables en sus educandos.
