Profesport: Invertir en prevención o cómo ahorrar 8.000 millones de euros cada año
La consultora The Boston Consulting Group elaboró ya en 2014 el Informe Cronos, cuyas conclusiones indican que las enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiacas y respiratorias suponen el 75% del gasto sanitario en España, y son a su vez responsables del 90% de las muertes.
Si nada cambiase de aquí al año 2020 en el modo de atender a estos pacientes (más de 19 millones en la actualidad), y teniendo en cuenta predicciones sobre envejecimiento de la población y malos hábitos de vida, los autores del estudio auguran que los costes de la cronicidad para las arcas públicas podrían ascender a 98.000 millones de euros anuales.
En el informe se indica que la adecuación de los tratamientos a las características de cada paciente y las iniciativas reductoras de factores de riesgo, como programas de prevención y promoción de hábitos de vida saludables a través del ejercicio físico y alimentación correcta, son clave en las nuevas estrategias de la gestión sanitaria. En este sentido, por ejemplo, el DE-Plan del País Vasco se centra en la prevención de la diabetes a través de la actividad física, los buenos hábitos de vida y la dieta.
Lo que se busca es un paciente activo, informado y partícipe de su propia gestión de la salud. En este sentido Villena y su Ayuntamiento llevan apostando tres años ya por un programa integral para el tratamiento de niños con sobrepeso y obesidad en coordinación con el área de Salud del Hospital de Elda, buscando la educación en hábitos de vida saludables con una proyección en el tiempo que viene determinada por la propia autonomía y responsabilidad del paciente.
En breve vamos a comenzar a ver cómo se hacen realidad también algunas propuestas de las que propone el informe Cronos y las nuevas líneas del Plan de Salud de la Comunidad Valenciana en nuestra ciudad. Villena también es pionera en estas iniciativas a través de la inclusión de la figura del educador físico, que es un profesional del ejercicio físico cuyas competencias le habilitan para determinar el tipo de ejercicio físico que a cada patología le conviene desde un punto de vista integral, individualizado y adaptado a las necesidades de cada paciente, pero que busca también esa autogestión de la salud.
Siendo críticos, faltan muchas estrategias que busquen no sólo un ahorro, sino que mejoren la calidad de vida de personas sanas o con patologías. Incluir un Plan de Educación para la Salud en los centros docentes podría ser una de ellas, por ejemplo, para incluir propuestas de ejercicio físico en horario no lectivo, o para regular la venta de determinados alimentos en las propias cantinas o máquinas expendedoras, cosa que propone por ejemplo el Plan gallego Xermola, lo cual a día de hoy y dicho sea de paso, tiene potestad para votarlo el propio Consejo Escolar del centro.
