Deportes

Profesport: La importancia del deporte para los niños

El deporte no sólo permite al niño desarrollar destrezas físicas, ya que la actividad deportiva, además de la aportación a la salud del pequeño, le ayudará a divertirse, socializarse, aprender a jugar formando parte de un equipo, a respetar las reglas del juego y a mejorar su autoestima. El deporte en su justa medida ayudará al desarrollo físico del niño, mejorando y fortaleciendo su capacidad física y mental.
Existe una serie de elementos que hay que tener en cuenta a la hora de planificar la iniciación en la práctica deportiva de un niño. El primero de ellos a tener en cuenta es la elección de un deporte; es algo muy importante que el niño lo decida con los padres. El niño debe contar con su comprensión, y es necesario respetar su gusto, el momento y el tiempo.

No se puede obligar ni castigar al pequeño porque un deporte no se le dé bien, ni por supuesto forzarle a practicar un deporte que no quiera. En ocasiones, es interesante preguntar al pediatra antes de elegir un deporte, para que nos indique el más conveniente para el niño, dependiendo de sus características físicas y psicológicas.

Sería recomendable que el deporte elegido ayude al niño a desarrollar, a través del entrenamiento, el conjunto de las capacidades motoras. Para ello, lo mejor sería que practicara diversas disciplinas deportivas a lo largo del tiempo. También hay que tener cuidado con las necesidades de los niños durante la actividad deportiva, con el fin de prevenir lesiones debido a las exigencias propias que el entrenamiento y la competición requieren. La exigencia física debe ir acorde no sólo a la edad cronológica, sino a la edad biológica en la que se encuentra cada niño, ya que cada uno lleva un ritmo de crecimiento. En este sentido, un estudio efectuado con niños de 4 a 5 años a los que se les deja jugar libremente en un día de vacaciones ha demostrado que, en general, los niños son físicamente activos de entre 5 a 6 horas diarias. A pesar de su enorme capacidad física, los más pequeños no deben hacer más de cuatro horas de ejercicio físico intenso a la semana.

Por otro lado, existen dos elementos muy importantes a los que hay que prestar atención: la hidratación y la nutrición. Hay que tener en cuenta que el niño suda más y comienza a sudar al alcanzar temperaturas más altas que un adulto. Es necesario cuidar también la alimentación de los niños. No hay que olvidar que está en fase de crecimiento y necesitan una alimentación sana y equilibrada.

La competitividad es un hecho social y deportivo que se ha ido trasladando también al deporte infantil. Es muy importante que los padres tengan un papel activo ayudando a los niños a desarrollar diferentes valores, como la honradez en la competición, ya que los pequeños trasladarán lo aprendido en sus juegos al resto de sus comportamientos.

Para terminar, desde Profesport entendemos que lo fundamental es que los niños entiendan el deporte como un hobby, sin perder el sentido de juego que tiene, aunque bien es verdad que supone unas exigencias que se deben canalizar y orientar de forma correcta para que les ayude en sus vidas.


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