Profesport: Las actividades físicas y cognitivas reducen la demencia en mayores
Los ejercicios físicos estructurados y las actividades cognitivas reducen el riesgo de padecer demencia en las personas mayores. Esta es la conclusión de un estudio realizado por la Universidad de Hong Kong. El 56% de los participantes mostraron una mejora en su funcionamiento cerebral y el 37% se mantuvo estable durante la investigación.
Este estudio fue elaborado por el departamento de Psiquiatría CUHK. Se estima que en Hong Kong, más del 9% de la población de 70 años en adelante sufre deterioro cognitivo y se cree que este porcentaje aumente a medida que la población envejezca. Sin embargo, actualmente no existe una cura radical de esta enfermedad. Por ese motivo se decidió llevar a cabo este estudio que comenzó en el año 2011. El objetivo fue examinar la eficacia de las actividades físicas y cognitivas estructuradas en la mejora de las funciones cerebrales de los mayores.
Participaron 555 personas (121 hombres, 434 mujeres, edad media 75) con deterioro cognitivo leve. Se llevaron a cabo cuatro programas de actividades durante un año, bajo la dirección del personal de los centros para mayores: Ejercicios Físico-Cognitivos, Sociales, Cognitivos y Físicos.
Completaron el estudio 423 voluntarios, que fueron evaluados en el cuarto, en el octavo y en el décimo segundo mes desde que comenzaron las actividades. Los resultados indicaron una mejora general de sus funciones cognitivas y los síntomas depresivos se aliviaron: El 56% de los participantes mostraron una mejora en el funcionamiento cognitivo, el 37% se mantuvo estable y sólo el 7% sufrió un retroceso (el 4% desarrolló demencia).
Es importante destacar que a esas edades tan avanzadas el hecho de mantenerse es casi tan importante como tener una mejoría.
La especialista Linda Lam (miembro del grupo de estudio) señaló que en conclusión, las actividades físicas y cognitivas estructuradas son eficaces para ayudar a las personas mayores a mejorar sus funciones cognitivas. En la etapa más temprana de la discapacidad, estas actividades son más efectivas en comparación con el enfoque de una sola actividad. Las estimulaciones sensoriales y motoras pueden ayudar a mantener la actividad de las redes neuronales, mientras que los ejercicios físicos pueden solicitar la liberación del factor neurotrófico. Además, las actividades sociales pueden ayudar a reducir el estrés y la depresión.
Si analizamos estos datos con todas las publicaciones del ámbito médico neurocientífico se está evidenciando el rol clave que juega el ejercicio físico en la prevención del deterioro de las funciones cognitivas del cerebro. Los programas a nivel de Villena, provincial, autonómico y estatal han de tener en cuenta este factor, puesto que el alargamiento de la esperanza de vida ha de ir vinculado por necesidad, a un alargamiento de la no-dependencia y la calidad de vida de las personas de tercera edad en adelante.