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Profesport: No al exceso de deberes

No al exceso de deberes o el derecho de los niños y jóvenes a disponer de tiempo libre. La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) es un tratado internacional aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1990. En él se contempla que es un derecho del niño la “educación oficial”, pero también incluye como derecho “el tiempo libre y la recreación”.
Quizás este es un hecho objetivo que a docentes como yo podría hacernos reflexionar sobre la prolongación excesiva del aprendizaje escolar más allá de las horas de clase, o lo que es lo mismo, una cantidad excesiva de deberes. Otro hecho objetivo es que a pesar de que España es uno de los países de la OCDE donde el alumnado tiene más deberes, esto no se refleja en sus resultados académicos. Por tanto, más deberes no significa mejores notas.

Pero es verdad que los docentes sentimos la necesidad de progresar y avanzar a un ritmo más rápido por diferentes motivos, entre ellos: A) Alguna vez olvidamos que los contenidos son cíclicos (se repiten) en diferentes cursos y el aprendizaje depende en parte de la propia maduración del alumnado. En caso de adelantar etapas, nunca a costa de sobrecargar con excesivos deberes a los niños o jóvenes. B) Asumimos la responsabilidad de que han de estar bien preparados para el futuro, ya que son otros docentes a los que les llegan nuestros alumnos y sería un “fracaso” si no es así. También lo es que estén “trabajando” durante 8 horas al día, como si de un adulto se tratara. C) La obsesión de terminar el temario deja en evidencia la verdadera función pedagógica, que no es impartir o aprender el máximo número de contenidos, sino la de conseguir unos objetivos “mínimos” y la de desarrollar unas competencias clave. D) El tiempo destinado a resolver cuestiones como la resolución de conflictos o la transición de alumnado entre clases suponen en muchas ocasiones una disminución del tiempo de clase. Y ante toda esta realidad, hay alternativas para “adelantar”:

- Trabajar la atención, la concentración y las rutinas en clase. Si en clase se trabaja en cantidad y en calidad, no es necesario poner deberes por costumbre, y además es un premio si un grupo o un alumno determinado lo hace de forma activa en clase. En la vida de una persona debería haber vida más allá del cole.
- Trabajar las técnicas de estudio y trabajo para ser eficientes estudiando. Se dan por sabidas, y es el ABC. Es como querer construir una casa sin tener los cimientos bien forjados. Padres, docentes y AMPAS pueden apostar por la formación en técnicas de estudio.
- Trabajar cómo ser inteligentes emocionalmente (padres, docentes y alumnado). Un niño descentrado será un alumno con poco éxito académico. Un niño infeliz, por muy inteligente que sea o muchos deberes que haga, tendrá siempre la peor asignatura pendiente que le puede quedar a un alumno: el manejo de la vida.
- Pensar de manera global, y no unilateral. Una técnica muy sencilla como docentes: preguntar cómo van de deberes y exámenes de otras asignaturas en el caso de secundaria, establecer plazos, unificar criterios o trabajar la gestión del tiempo.
- Proponer desdobles siempre que sea posible. Sea como sea, la calidad de la educación y el ritmo en los procesos de enseñanza-aprendizaje pasan por la ratio necesariamente.

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