Profesport: Para mayores de 65
Cada vez son más el número de personas que practican actividad física de forma regular, tanto en España como en los países donde hay programas subvencionados de ejercicio físico para mayores en la búsqueda del mantenimiento o mejora de la salud, el bienestar y la calidad de vida.
¿Por qué es tan importante? Según la OMS, estos son algunos de los indicadores fundamentales de una persona activa en comparación con una persona inactiva: Presentan menores tasas de mortalidad por todas las causas: cardiopatía coronaria, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2, cáncer de colon y de mama, y depresión. Mejor funcionamiento de sus sistemas cardiorrespiratorio y muscular. Composición corporal más adecuada. Tienen un perfil de biomarcadores más favorable para la prevención de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 y la mejora de la salud ósea. Por último, presentan una mayor salud funcional, un menor riesgo de caídas, unas funciones cognitivas mejor conservadas, y un menor riesgo de limitaciones funcionales moderadas y graves.
¿Cómo hacer actividad física a partir de esta edad? Según la Organización Mundial de la Salud, a partir de los 65 años la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (paseos caminando o en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.
Con este balance, se sobreentiende que el mantenimiento de una salud cardiovascular, respiratoria, ósea, articular y muscular serán las claves de la búsqueda de una longevidad con calidad de vida que además mantendrá las funciones que cualquier persona ha realizado durante toda su vida en condiciones normales: caminar, coger peso, subir escaleras, levantarse, acostarse, etc. Pero además la actividad física practicada de forma regular mantendrá a raya la salud mental, amortiguando en algunas ocasiones y retardando en otras, la aparición de problemas tan comunes como la depresión o el deterioro cognitivo.
Según la OMS, los adultos de 65 en adelante deberían dedicar de 150 a 300 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 a 150 minutos semanales, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. La OMS recomienda que las sesiones sean mínimo de 10 minutos, aunque hay que concretar que lo interesante sería repartir el tiempo total en sesiones mínimas de 30 minutos y, por qué no, hasta una hora, siempre que la intensidad sea moderada, aunque bien es verdad que la duración también depende de la condición física del sujeto.
En combinación con esta práctica aeróbica y mínimo dos días por semana, los adultos de estas edades deben realizar ejercicios de equilibrio, movilidad articular y tonificación muscular de todo el cuerpo, en la búsqueda de la funcionalidad y evitando posibles lesiones causadas por caídas.
Por tanto, si estás cerca de los 65 o ya los has cumplido la recomendación de Profesport es no parar de moverse, con conocimiento, porque seguir siendo autónomos durante toda la vida bien lo merece.