Cultura

Programación de Otoño del Teatro Chapí

Hay quienes vivimos con el miedo metido en el cuerpo la situación económica de nuestro municipio –que sí, de nuestro país también, pero no viene al caso–. Y aunque se pueda escribir al respecto en un sentido general, saben queridas personas que en esta página se habla de cultura en particular.
Y si hablamos de economía, de Villena y de cultura, sabrán que es necesario citar la dichosa Plaza de los Toros, la reubicación del Conservatorio de Música, la Zona Zero Junior y demás instalaciones que tanto Zapatero como Camps han ayudado a levantar en nuestra ciudad. Tal cantidad de espacios, de tal entidad y tales dimensiones que uno comienza a pensar en aquel que compró un Ferrari y lo guardó en el garaje durante años porque no le quedó un euro para comprar gasolina.

Y así, con el miedo en el cuerpo, aún con la certeza de que la Casa de Cultura será la damnificada, desplegamos entre temblores el programa de otoño del Teatro Chapí. No nos importa que el cartón haya dado paso al papel satinado, ni que se haya prescindido del troquelado del contorno de la fachada. Eso no es lo que nos preocupa.

Afortunadamente al recorrer las páginas de la programación volvemos a respirar medianamente aliviados/as. La programación se inicia de un modo que podríamos ya casi denominar clásico: en primer lugar con una matinee en la calle, para seguir con un espectáculo a cargo de un grupo de la ciudad. En esta ocasión se trata de Caricato Teatro, una compañía que se ha convertido en una de nuestras imprescindibles canteras escénicas. Su propuesta, que se presentará este mismo sábado, siguiendo la línea de las anteriores combinará el teatro y la danza para abordar en este caso una de las actuales problemáticas de Villena: los olores del vertedero. Una semana después nos encontramos con dos espectáculos de la compañía 8co80 que no sólo cuenta con la recomendación expresa de Paco Flor, director del Teatro, sino que además viene avalada por el premio “Giraldillo” a la innovación de la Bienal de Flamenco de Sevilla.

Por último, al menos en cuanto a mis anotaciones, nos encontramos después de varias decenas de representaciones con El título de este espectáculo no es mi madre, último espectáculo de Sexpeare, compañía regentada por el villenero Rulo Pardo y Santiago Molero. Compañía que ha conseguido no sólo sostenerse y destacar en el panorama escénico nacional durante los últimos quince años, sino que además lo ha hecho sin traicionar la filosofía con la que se creó. De modo que volvemos a encontrarnos con una producción propia con guión y dirección de la propia compañía, una propuesta fiel a la idiosincrasia de Sexpeare que abandona los cánones convencionales para llevar a escena un tipo de teatro que como ustedes vive en pleno siglo XXI. Un modo de hacer teatro que empezó hace quince años y que cien años dure.

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