Cartas al Director

Prohibido jugar, prohibido existir

El gobierno del PP ha incorporado en algún parque de Villena señales que prohíben determinados juegos infantiles (pelota, bicicleta), así como la presencia de perros mascota. Una medida poco sensible, sobre todo lesiva hacia los derechos de la infancia.
Perplejos nos quedamos hace unas semanas, verdes, padres y madres, vecinos/as del Bulevar Maestro Carrascosa. Amanecimos con unas señales en las que se prohibían cosas tan graves, catastróficas, espeluznantes y amenazantes para la seguridad mundial y las buenas costumbres como las siguientes:

- Que sus pequeños paseen en bicicicleta. Que padres y abuelos les enseñen a montar.
- Que sus pequeños jueguen a la pelota en este espacio grande, en un momento donde para desgracia de los menores, ya no quedan muchas calles donde realizar estos juegos de manera segura.
- Que pequeños y adultos saquen a pasear a sus pequeñas mascotas.

No entiendo nada. En estos últimos años, el crecimiento desmesurado de la ciudad y el incremento abusivo de coches (más de 20.000 en la actualidad) nos han robado las calles como ese espacio donde muchos de nosotros crecimos sin tanto juguete, ni necesidad de oferta televisiva. Un espacio donde los juegos tradicionales, físicos y cooperativos nos permitían desarrollarnos integralmente, movilizar energías, expresar emociones, iniciar procesos de simbolismo y socialización con otros menores. Un tipo de juego que nos preparaba para la vida adulta, y sobre todo desarrollar algunos de los aspectos más valiosos de los humanos: la intuición y la imaginación. Pero la mayoría de las calles ya las tenemos secuestradas... llegamos tarde.

No entiendo nada. ¿Si ya nos robaron las calles para el disfrute infantil, porqué empezar ahora una política de robar parques o paseos como espacio de juego? ¿Por qué caminar hacia una política donde los menores parecen molestar siempre? Molestan en los patios escolares, en los patios de vecinos, en las calles, en nuestros portales, a la hora de la siesta... ahora también en los parques. ¿Les hemos preguntado a ellos lo que les molesta de los adultos? ¿Les preguntamos quizá lo que ellos nos prohibirían? Posiblemente los coches, por la inseguridad que generan, por sus ruidos ensordecedores y por los gases que les hacen tragar dañinamente. Posiblemente el aparcar coches en las puertas de sus casas, para volver a jugar en la calle a policías y ladrones, al burro, a la cadena, al escondite o al fútbol utilizando alguna cochera vieja como portería. Posiblemente prohibirían que trabajásemos los adultos más de 30 o 35 horas, para que nos dedicásemos a jugar más con ellos. Prohibirían asfaltar muchas zonas urbanas y dejarlas con tierra para jugar a montones, canicas, estornija etc. Prohibirían que circulasen los coches de manera abusiva y establecerían por decreto caminar más, peatonalizar zonas de nuestro pueblo, montar más en bici y utilizar más nuestro querido “piojo” . Ellos no pueden prohibir, no pueden ordenar, pero los mayores, los políticos, si podemos con nuestro terrible egoísmo adulto.

Prohibir el juego en la calle, en los parques, significa empujar a nuestros menores hacia el interior de las casas. Es invitarlos a un juego más individualista. Supone exponerlos horas y horas al riesgo del abuso televisivo, al descontrol de los videojuegos con frecuencia violentos, o al exceso del ordenador e internet. El encierro de los menores supone exponerlos al riesgo de los accidentes domésticos, y a un incremento de la tensión y la agresividad interpersonal. Supone en muchos casos una privación de un derecho y de una necesidad sana. Porque el juego no es perder el tiempo; es excitación, misterio, riesgo, aventura, placer.

Con el buen espíritu que debe de predominar en este principio de año 2008, algunas sugerencias sobre infancia y urbanismo para el gobierno del PP:

- No prohibir la bicicleta. En todo caso, carteles que inviten a la moderación de la velocidad en sitios concurridos. Apostar en ella como valor y en el diseño de los 5 carriles que ustedes mismos aprobaron en mayo.
- No prohibir la pelota. En todo caso, carteles que inviten al respeto con el resto de los ciudadanos/as.
- No prohibir el acceso de animales a recintos públicos. Potenciar medidas para la responsabilidad de los dueños en cuanto a seguridad e higiene.
- Configurar parques desde la óptica de la sostenibilidad, la seguridad y la durabilidad.
- Que sus concejales lean “La ciudad de los niños” de Francesco Tonucci, y que asistan a charlas como la que algunos colectivos dieron sobre el juego y el juguete.
- Empezar con sensibilidad y medidas políticas concretas a creerse lo que defendieron con palabras en las Jornadas de “Buenas Prácticas Urbanas Sostenibles y Participación Ciudadana”.
- Replantearse la peatonalización de la calle Mayor que acaban de impedir en Pleno de noviembre y de otros espacios. Reflexionar sobre el porqué de haberse gastado el dinero del primer carril bici en otras obras.
- Recordar en cada actuación urbanística el Artículo 31 de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño: “El niño tiene derecho al juego, al descanso, a la diversión...” .
- Reciclar rápidamente el cartel de ese parque y abstenerse de generalizarlo al resto de Villena si era su idea.

Jesús Hernández Francés
Grupo de Movilidad y Urbanismo
Los Verdes

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