PSOE con Atila al fondo
En vilo nos tiene el PSOE, señora. Tras el ultimátum que le lanzaron al alcalde y la respuesta de éste diciendo que nones, que no existen razones para quitar las delegaciones a Juan Richart, todos estamos en ascuas esperando que Fulgencio Cerdán nos diga qué va a pasar ahora.
Repasando estos últimos días todo lo publicado al respecto, incluido el comunicado difundido por el PSOE, me he sorprendido al comprobar que éste no dice que o Richart o nosotros, sino que literalmente afirma que (si el alcalde no lo destituye
) el PSOE valorará el grado de implicación, las medidas a tomar y la continuidad en el equipo de gobierno. Valorará, no renunciará, rechazará o dimitirá, que no es lo mismo. He ahí un clavo ardiendo al que pueden agarrarse los escasos socialistas que están decidiendo al respecto, pues se ha constituido una especie de gabinete de crisis para deliberar sobre el asunto evitando filtraciones (eso pretenden), aunque ello haya supuesto apartar de las reuniones a socialistas de primera fila, concejales incluidos, lo que no hace más que poner de manifiesto la división interna que vive el partido.
No obstante esta frase, que ciertamente quita intensidad al ultimátum, el resto del comunicado no dejar lugar a dudas sobre lo que piensa el PSOE (y el PP, y lo que quede de VCD, y gran parte de la ciudadanía ) sobre Juan Richart, un señor que falta el respeto a sus compañeros [ ] demuestra falta de implicación en el trabajo del equipo de gobierno [ ] se contradice en sus declaraciones [ ] e intenta modificar a posteriori acuerdos municipales como si el ayuntamiento fuera su cortijo privado.
Así las cosas, difícil papeleta tiene el PSOE, fruto de un órdago que, si era un farol, les ha salido completamente al revés de como pretendían. Dar un paso al frente y abandonar el equipo de gobierno supondría dinamitar lo que queda de legislatura y poner en riesgo los escasos proyectos que puedan salir adelante en ella, al tiempo que descabezaría a un PSOE en plena crisis interna (Cerdán, harto de todo, puede volverse a su puesto de trabajo a vivir más tranquilo ) a solo un año y medio de las próximas elecciones.
Pero no hacerlo, a los ojos de su electorado y de gran parte de la ciudadanía, sería completar su humillación ante Los Verdes y reconocer que, por primera vez en su historia, han dejado de ser la primera fuerza de la izquierda política villenera, con todo lo que ello supone de desencanto y riesgo para una agrupación que, desde hace años, pierde militantes y votantes a marchas forzadas.
Desde luego, el paso de Juan Richart por la política villenera va a ser recordado durante muchos años. Tanta paz lleve como descanso deje el día que decida marcharse, que según dicen está más cerca de lo que muchos imaginamos. ¿Tendrá eso algo que ver con la adjudicación definitiva de la contrata del servicio de recogida de basuras, Pachi?