¡Qué bello es vivir!

Estas semanas hemos estado con mucho ajetreo en el colegio preparando todo lo imprescindible para ponerlo bonito, haciendo talleres junto a los residentes del Centro Sociosanitario La Morenica.

Hemos trabajado para que hoy y en los días sucesivos, toda persona que venga vea que estamos esperando la Navidad. Sin embargo, el Adviento es el tiempo para despertar del sueño de la indiferencia, nos dice el Papa Francisco, aunque en el colegio, desde siempre, intentamos mirar con el corazón, porque, como decía «El Principito», lo esencial es invisible a los ojos.

Mientras fuera la temperatura descendía, dentro de nuestras paredes los colores, las risas, los cantos de los niños y las niñas aguardaban la llegada de nuestros amigos y amigas para observar, en una cuenta atrás, cómo se encendían las luces que nos anuncian que nuestro corazón tiene que seguir despierto y debe conservar la gratitud.

Así transcurrió la mañana, entre cuentos y anécdotas de los mayores a los más pequeños y pequeñas que escuchaban atentamente el porqué del encendido en Navidad, qué significado tiene las piñas, cuáles son los secretos de algunas recetas navideñas o qué ocurrió en la I Guerra Mundial, mientras alguna lágrima de emoción descendía por los rostros. Y es que, hoy, una vez más, la magia del encuentro ha dado paso a la belleza que supone estar junto a los demás, cuidándonos mutuamente, sintiendo que todos somos iguales, comprometiéndonos con la vida.

Al llegar la tarde, desde el colegio nos acercamos al Centro Sociosanitario invitados a ver su tradicional encendido de luces y después estuvimos charlando animadamente degustando un delicioso chocolate caliente.

Así, compartiendo valores y actitudes humanistas nos acercamos al verdadero sentido de la Navidad.

Nota: Todas las fotos de la jornada, en la web de La Encarnación.