Opinión

«¡Qué cosas!»: San Valentín

Coincidiendo con el final de las rebajas se acerca el día de San Valentín, que en el caso del Corte Inglés dura una semana. Los restaurantes preparan sus menús, los hoteles sus habitaciones y las farmacias las aspirinas, para este fin de semana, o tal vez para el siguiente, o tal vez para los dos, quién sabe, y es que este año el 14 de Febrero es miércoles, y es raro que un día tan importante, según parece, no sea festivo.
Ahí viene a demostrarse lo inventiva y comercial que es esta celebración, superando incluso a la navidad, y es que quién no se acuerda aún de la navidad, recién pasada la cuesta de Enero, con el escozor de bolsillo todavía reciente, como para pensar ahora en San Valentín... Corazones donde colgaban bolas, un Cupido por cada Papa Noel, bombones en vez de turrón, regalos en lugar de más regalos, la misma farsa con distinto nombre. Y es que la cadena consumista está bien engranada, y bien engrasada también, y llega el momento de llenar de nuevo los escaparates y las estanterías, y los lectores de tarjetas.

Queda demostrada la fórmula de que fiesta pagana, o prestada de otra religión, es decir, Cupido, convertida en fiesta católica, o lo que es lo mismo, San Valentín, da como resultado la excusa comercialmente perfecta. Con el pretexto del amor y el eslogan de que el amor se puede demostrar con un regalo, las grandes superficies se ponen las botas a costa de nuestra ingenuidad.

Por todos es sabido que en San Valentín se celebra el amor entre una pareja. ¿Aceptará la Iglesia Católica la celebración de San Valentín por una pareja homosexual? Para otras fechas queda reservado el amor de madre o de padre, y en fechas recientes se celebraba el amor en familia y entre amigos. Flores, bombones y perfumes copan el ranking de los más regalados en estas fechas, ¿existen regalos más impersonales? Dónde han quedado aquellas románticas tarjetas realizadas artesanalmente, con poesías de dos versos con rima consonante, para demostrar el amor. Y es que, amigos míos, el romanticismo no era rentable en su concepción original, pero sí lo es transformado en mercancía. El día 14 todo el mundo trabaja, y las únicas diferencias de ese día con otro cualquiera pueden ser que aumentan las dedicatorias de amor en la radio, que algún que otro pecador redime sus pecados con rosas, que se retoma la famosa discusión sobre el amor a primera vista. Existe la hipótesis científica que dice que el 28% de los amores a primera vista acaban en divorcio, el 24% en polvo de una noche, el 15% en amor para toda la vida y el 33% restante no es correspondido.

También hay que denunciar lo hiriente que puede ser este día para aquellas personas que no tienen pareja, o que tienen pareja pero no están enamorados, o para aquellos que ni tienen pareja ni están enamorados, o para aquellos que esconden su amor… Conocido es el dicho “Estas más solo que un amante en San Valentín”.

Para todos aquellos que no estén enamorados siempre les queda rememorar “La matanza de San Valentín”, que no se parece en nada al amor pero que nos invita a recapacitar si es necesario dedicarle un día en el calendario al amor, o si sería mejor, tal vez, dedicarle un poquito de amor a cada día del calendario. Lo curioso es que dicha matanza fue llevada a cabo el día 14 de febrero de 1929; mientras las parejas se mandaban flores y se besaban, los hombres de Al Capone ametrallaban a siete miembros de una banda rival. Y es que no hay que olvidar que Cupido o, en su versión griega, Eros, es hijo de Venus y Marte, dioses de la guerra y del amor, lo que puede darnos una idea de lo que viene a representar el hijo de ambos, las dos caras del enamoramiento, lo fina que puede ser la línea que separa el amor del odio. El amor afortunadamente ni se compra ni se vende. Y recuerden, el amor no da la felicidad pero, si la tienes, igual te la quita.

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