¿Qué pasa con las Fiestas desde la incorporación de la mujer?
"Sin entrar a juzgar la incorporación de la mujer, es obvio que el aumento del número de festeros en más de un 50% ha creado nuevos problemas que no hemos sabido resolver hasta ahora..."
Muchos son los años en que, de un modo u otro, se vienen rectificando o moldeando los diferentes actos festeros que rodean las incomparables fiestas de Moros y Cristianos de Villena. Va casi para 20 años que las diferentes directivas de la Junta Central de Fiestas tienen problemas con la adecuación de los desfiles, ya masificados, a los itinerarios que antes de 20 años se venían utilizando. Desde la incorporación de la mujer a la Fiesta no ha pasado ningún año festero que no haya habido debate en cuanto a la forma de los desfiles hasta entonces incuestionables. Tampoco el recorrido ha quedado impune a las críticas, ni los desfiles más significativos han podido eludir los problemas que, a partir de aquel momento, se crearon.
No es éste el momento ni el lugar apropiado para juzgar si la incorporación de la mujer ha beneficiado o perjudicado las fiestas de septiembre, pero no podemos obviar que ha creado un grave problema para el desarrollo de las fiestas. Lo que esta pasando en estos últimos años no se puede remediar poniendo parches a los recorridos ni a los desfiles de fiestas, ya que merece un estudio más profundo de los que hasta este momento se han llevado a cabo.
El aumento de más de un 50% de los socios en las comparsas merece, por parte de los mandatarios políticos y festeros, una atención especial, ya que solamente se han tomado medidas para acortar el tiempo de los desfiles, impidiendo al festero disfrutar de ellos, y se ha intentado modificar alguno de estos desfiles para ver si de esta o aquella manera se invierte menos tiempo en realizarlos, situación inexistente cuando la mujer no desfilaba. No quiero decir que no hubiera problemas en su momento, hace 20 años, pero eran de otra índole bien distinta.
El rápido incremento de socios en las comparsas tampoco ha dejado impunes a éstas de graves problemas: presentación de madrinas, sedes sociales, escuadras especiales y organización durante los cinco días de fiestas son situaciones que llevan de cabeza a las directivas de cada comparsa, ya que, además de disparar los presupuestos, supone mucho más trabajo que anteriormente. Esta situación, en las comparsas, está provocando una reacción inversa a la esperada, ya que, a mayor número de socios, la lógica decía que habrían menos problemas en la elección de los cargos representativos, pero la situación ha dado un giro inesperado, ya que en este momento proliferan las gestoras en la dirección de las comparsas, y además es más difícil cada año elegir los cargos festeros que las representen.
Un problema añadido son las arraigadas tradiciones que exigen, como mínimo, respeto, y que hacen inviables las nuevas adaptaciones que se pretenden hacer en recorridos y desfiles. Me da la impresión de que estas tradiciones son inversamente proporcionales al incremento en el número de festeros de estos 20 años. Si con menor número de festeros las fiestas se realizaban sin problemas desde el principio al final del pueblo, ahora los recorridos no pueden albergar a tanto festero, sobre todo aquellas calles que por su anchura no permiten el paso de tres de ellos, haciendo un cuello de botella insoportable para los que desfilan. Por lo tanto, y a pesar de tener que romper la tradición, como se hizo con la incorporación de la mujer en la fiesta así como con la Entrada y la Romería, habría que adaptar las calles al nuevo sistema urbanístico que ordena nuestra ciudad.
Dos propuestas de cambio
Una propuesta que en un primer momento puede sonar a frívola pero que se debería estudiar sin alarmismo, sería dar comienzo a la mayoría de los desfiles desde La Puerta de Almansa hasta el barrio de La Morenica, quedando los festeros debidamente formados en las calles Joaquín Mª López y Luciano López Ferrer y permitiendo así el paso de las carrozas, que se situarían en la calle Corredera. Ésta, que supongo hará sonreír a mucha gente, sería una de las propuestas a manejar, apoyándose en que en este lugar de Villena el índice demográfico es el más importante de la ciudad y las calles permiten tanto la colocación de tribunas como el desfile de los festeros por la gran anchura que tienen. ¿Que es una locura? Eso el tiempo lo dirá.
Otra de las propuestas sería reducir el número de festeros o ampliar los días de fiestas, que tampoco es descabellado. Reducir el número de festeros quitando a los hombres o a las mujeres y que desfilen, en años alternos, por los actuales recorridos, lo que haría desaparecer casi todos los problemas. Por su parte, ampliar los días de fiestas permitiría crear desfiles de mañana Bando Moro y tarde Bando Cristiano, dejando los actos de estos días para otros posteriores, aunque seguro que nos encontraríamos con la paradoja de otro aumento de socios en las comparsas, para poder desfilar por la mañana de Moro y por la tarde de Cristiano. ¿Barbaridades? ¡El tiempo lo dirá! A mis 52 años aún espero poder verlo.