¿Qué significa el término Terlinques?
De entrada aviso al lector que el estado de la cuestión de la que voy a hablar no va a cambiar mucho, pues seguiremos con la duda, pero como es inevitable preguntarse por el significado de las cosas a los que padecemos del mal o la virtud de la curiosidad, someto a su consideración una de las posibles soluciones al enigma que plantea el título de esta reflexión.
También quiero añadir a renglón seguido que este escrito quiere ser un pequeño homenaje a la memoria de José Mª Soler, con quien tenemos todos los que le conocimos y tratamos, y especialmente la Villena que le vio nacer, una deuda impagable por lo mucho que contribuyó a la gloria de su pueblo junto a los más preclaros de sus hijos.
Fue él mismo quien se preguntó muchas veces en voz alta (yo fui testigo) el porqué de un topónimo de tan rara factura y difícil interpretación de su significado, y también escribió textualmente al principio de un trabajo sobre Terlinques compartido con Eduardo Fernández-Moscoso: La carretera de Villena a Pinoso por el Puerto se halla flanqueada, a la derecha, por dos importantes cabezos de nombre extraño: el Polovar (Polvogad en el siglo XV) y el de Terlinques, asiento ambos de poblados prehistóricos. También afirmó al respecto que los topónimos que nos han llegado, por raros que nos parezcan, debieran respetarse escrupulosamente, máxime cuando incluso se hallan incorporados a la cartografía nacional, pues puede aflorar algún día la respuesta en alguna parte y salir no solo de dudas, sino de la ignorancia, que es uno de los peores males. Desgraciadamente, esta falta de respeto se da en bastantes casos, y algunos desnortados que adquieren una propiedad de nombre emblemático en este asunto no han dudado en rebautizarlas a su capricho con letreros a su entrada que, como espurio añadido, denotan también su personal mal gusto.
Sobre el actual Polovar, la referencia del siglo XV que apunta Soler da al menos una pista por la que Polvogad pueda relacionarse con polvo o lugar pulverulento hay una cantera abandonada, cuya antigüedad ignoro, pero sobre el significado de Terlinques, topónimo que incluye paraje, cerro y yacimiento arqueológico del Bronce, me extrañó siempre la falta de referencias filológicas sobre su posible significado. No soy filólogo, y ello me excluye o libera de cualquier estudio, y lo lamento, pues estaría en condiciones para intentar un análisis comparativo con vocablos semejantes que pudiera haber en la diversidad de lenguas romances europeas, porque, a simple vista, por su estructura no parece un arabismo, ni tampoco un derivado de la lengua catalano-valenciana, lenguas que por ocupación histórica de la primera e influencia de la segunda pudieran haberlo generado. Y si por remota casualidad fuera un arcaísmo ibérico su traducción sería imposible porque, pese a ser una lengua en otro tiempo nuestra y habernos llegado bastantes de sus palabras, ignoramos su significado y no cambiaría las cosas.
Queda, no obstante, otra remota posibilidad, y aquí entramos de lleno en elucubraciones, que por su propia naturaleza son rechazables en temas serios, pero que me atrevo finalmente a sugerir. ¿Podría ser Terlinques una palabra latina compuesta? Porque si la dividimos en dos partes, Ter-linques (léase Ter-linqües en latín), se puede traducir con bastante fidelidad por Tres veces abandonado (Ter = tres; linques = abandonado o dejado). Confieso mi atrevimiento ante la posibilidad de suponer que un topónimo así atraviese un periodo tan largo sin evolucionar, o que simplemente lo haya hecho en el sentido de unirse dos vocablos latinos Ter + linques, que en principio fueran independientes, para fundirse en el actual Terlinques. Porque si así fuera, su significado no ofrecería dudas, o sea: un lugar que por sus propios avatares ha sido dejado o abandonado, de grado o por fuerza (y supuestamente recuperado en su ínterin en otras tantas ocasiones) por tres veces.