A veces oigo decir al personal que este pueblo es un muermo, que aquí nunca se hace nada. Y eso no es del todo correcto. Aquí sí se programan actividades, muchas de ellas muy interesante, pero se hace un poco con el culo; o bien se solapan unas con otras o bien, como en el caso que me lleva a escribir esto, se ponen a horas poco apropiadas.
Próximamente se van a celebrar dos actos, a mi entender, muy interesantes para el público en general, y da la impresión de que los hayan programado personas que están en el paro, jubilados o similares, ya que los horarios son más bien para gente desocupada. Y los actos no son una bicoca; aunque a veces tengo la impresión de que se hacen cosas para que conste en acta, para poder decir: Ah sí, estuvo aquí, o Ah sí, eso lo organizamos nosotros.
El primero de los actos al que me refiero es una charla a cargo de uno de los Padres de la Constitución ese documento fundamental en las democracias, un hombre inteligente y con la experiencia suficiente como para poder contarnos tantas cosas y de una forma tan interesante, que me parece como una obligación ir a escuchar lo que nos viene a contar. Me refiero, por supuesto a Peces Barba, don Gregorio. ¿Saben ustedes a qué hora está programada la charla? Pues a las doce del medio día. Sí, a las doce, pero bueno, como es jueves, seguro que se llena.
El otro acto, del cual me acabo de apercibir, es la presentación de un libro. La presentación de un libro de una mujer joven, interesante e inteligente, que por otra parte ya tuvimos la suerte y oportunidad de poder ver y escuchar hace algún tiempo, en la Casa de la Cultura. Es Espido Freire, María Laura. ¿Saben cuándo lo presenta? El día anterior, y también a una hora mu güena, a las 18 horas. Sí, a las seis de la tarde, esa hora en la que la población activa no tenemos nada que hacer.
Muchas veces me he indignado por no poder ir a actos por culpa de esta horrorosa programación, o por la mala difusión de los acontecimientos, que esa es otra. Me consta que otros que también lo han denunciado. Pero como a quién corresponde le trae al pairo, pues esto sigue y me temo que seguirá pasando. ¿Y saben una cosa? Yo, seguramente, podré asistir a los dos, ya que tengo un trabajo en el que me puedo organizar para que así sea; pero no es justo. Sé de muchas personas que, aun queriendo, no van a poder asistir. Y lo que es peor, sé de muchas personas que no se van, ni siquiera, a enterar de estos actos, y no porque no les interese, sino porque seguramente no les llegue la información.
Perdonen si en algún momento mi vocabulario parece poco apropiado, solamente quería que se notara mi indignación.
