Es imagen recurrente la de asociar la mayor o menor consistencia de una realidad con las raíces de un árbol. Así Francis Bacon refiriéndose a la monarquía española que conoció en su época a caballo de los siglos XVI y XVII al escribir lo que sigue: Ahora para España, y Su Majestad de allí, aunque reconocido como el monarca más grande de la cristiandad, si se investigara su estado, se encontraría que sus raíces son demasiado pequeñas para su frondosidad.
Cuando el filósofo y político inglés escribió lo que escribió era en España la época de los Austrias menores –Felipes tercero y cuarto y Carlos II–, aquella época en la que empezaba a ponerse el sol en aquel imperio donde no se ponía.
Era aquí un árbol el que en su espesura dificultaba ver el bosque en crisis y la debilidad de la cepa. Apariencia, follaje, puro follaje sin sustento. Experiencia de decadencia, sin savia las ramas se quiebran. En toda época y lugar.
