El culebrón de la solución al problema de las vías del ferrocarril (a estas alturas no merece otro nombre) nos ha deparado una nueva sorpresa, en esta ocasión en forma de una propuesta el ya famoso puerto seco muy digna de ser tenida en consideración.
En efecto, y sin entrar a valorar la oportunidad o no de la propuesta, que para unos es un notición y para otros no es más que una promesa electoral del PP, lo cierto es que los aspectos que José Ramón García Antón, y con él el Partido Popular, quiere introducir en el protocolo a firmar entre las tres administraciones son, en primera instancia, incontestables: mantener la estación de largo recorrido, potenciar las cercanías y aprovechar la situación estratégica de Villena para convertirla en el centro neurálgico del transporte de mercancías de nuestra comarca y cuantas la rodean.
No obstante, queda en el aire la duda de la compatibilidad de dicho proyecto con el soterramiento pretendido y anunciado por el tripartito una compatibilidad incontestable para Fernando Úbeda e imposible para Celia Lledó así como la de los innumerables compromisos pendientes que aún tiene la Consellería con nuestra ciudad, algunos de ellos como la llamada Circunvalación Oeste incomprensiblemente olvidados durante años.
En cualquier caso, todas estas cuestiones podrían solventarse, o cuando menos lograr un importante acercamiento de posturas, con que hubiera un mínimo de voluntad para ello. ¿Alguien duda de la conveniencia de una reunión en la que se pusieran las cartas sobre la mesa y salieran a relucir todos los condicionantes técnicos y económicos relativos a este tema? Nosotros, desde luego, no. Porque sin reunión, sin datos y sin cifras reales sobre la mesa, lo único que queda son los intereses políticos y electorales de los dos grandes partidos nacionales, que en Villena están disputando una más de las muchas batallas que mantienen a nivel nacional y, mucho nos tememos, sacrificando a sus peones sus respectivos representantes locales, que harían bien en unir sus fuerzas y alzar una sola voz reivindicando, de una vez por todas, una solución para los problemas de nuestra ciudad.
Por ello, no hubiera estado de más que el Sr. García Antón hubiera aprovechado su visita a Villena para reunirse con nuestra alcaldesa, o en su defecto para mostrar sin ambages su disposición a hacerlo en un futuro próximo. Tanto el Conseller como su partido tienen el derecho, y también la obligación, de proponer aquello que consideren beneficioso para Villena y su comarca. Pero si no nos sentamos a hablar, pocos acuerdos alcanzaremos.
