Cultura

Recomendaciones invernales

No trataré de cumplir con la parte que me toca, proporcionándoles un listado de actividades culturales a las que sería recomendable asistir. Más bien me limitaré en esta entrega a comentar y subrayar algunas de las propuestas realizadas por el Teatro Chapí para soportar este corto invierno que queda por delante, ayudándonos a superar –pese a que probablemente ni el arte pueda ayudar a ello– estos primeros meses de este año impar, que se promete tedioso y complejo por razones que no es necesario mencionar por su obviedad.
Comenzaremos, aunque ya tenemos la fecha encima, por hablar de la compañía Dagoll Dagom, quienes a finales de mes traen a nuestro teatro su opereta cómica Mikado, propuesta que ya llevara a la escena la compañía hace ahora veinte años. Pero dejando a un lado la experiencia mencionada con la pieza, así como la pieza en sí, prefiero señalar como referencia la propia compañía, quienes han probado prácticamente todos los géneros con fantásticos resultados. Humor, buen hacer escénico y música, son ingredientes que aseguran el éxito de la representación. Más adelante nos encontraremos con El método Grönholm, texto de Jordi Galcerán que ha encontrado también su lugar en el cine (El método, en la que Garcelo Piñeyro cuenta con un reparto de lujo, Najwa Nimri o Eduard Fernández entre otros) pero que promete ser un texto que encaja como un guante encima de un escenario. Propuesta que exige mucho del trabajo de actores y actrices, quienes deberán ofrecer un excelso trabajo interpretativo que muestre una amplia gama de emociones, intenciones y pensamientos ocultos; y un trabajo técnico aunque preciso por parte de la dirección. En el reparto nos encontramos con el actor Carlos Hipólito, todo un maestro de la escena, que con seguridad conseguirá volver a hipnotizarnos con su arte. Por último, en cuanto a las presentes reseñas, nos encontramos con Móvil, del consagradísimo e internacional autor dramático Sergi Bellbel (y actual director del Teatre Nacional de Catalunya). Y aunque cuenta con la dirección de Miguel Narros, director más habituado a poner clásicos en escena y a entregarnos remakes –vía Centro Dramático Nacional– de sus propias producciones de su época de madurez, seguro que la propuesta de Bellbel no puede defraudar (en la versión catalana la dirección estuvo a cargo del fantástico director Lluis Pascual). En definitiva, un texto de referencia al aparatito molesto e inevitable con un alto porcentaje de escenas, veintinueve, y de monólogos, que alcanzan casi el setenta por ciento del texto.

Como ven excusas no faltan para llenar una de nuestras salas, y esto sólo en cuanto a teatro se refiere. Así que hagámonos el ánimo para afrontar los fríos metros que separan el hogar del edificio teatral y dispongámonos para dejarnos entrar buenas propuestas por las venas.

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