Recuperación del conjunto de relojes de sol de Santiago y Santa María
El casco histórico de Villena cuenta con un interesante conjunto de relojes solares que por su antigüedad y singularidad constituyen un claro ejemplo de la riqueza y diversidad de su patrimonio histórico y artístico. Tres de ellos se conservan en la plaza de Santiago, uno en la fachada del Palacio Municipal y dos más en torno a la portada de la iglesia de Santiago. Un cuarto ejemplar, prácticamente desconocido hasta fechas recientes, se encuentra en la fachada de la torre campanario de la iglesia de Santa María.
Hablamos de relojes de sol verticales trazados a cierta altura sobre paramentos de sillería sobre los que un gnomon (varilla de hierro en este caso) proyecta su sombra indicando las horas.
El empleo de estos sistemas para medir el tiempo y marcar la hora se extiende en nuestras tierras durante el siglo XVI y alcanza su época dorada en el siglo XVII. A comienzos del siglo XVIII, con el perfeccionamiento de los relojes mecánicos y de péndulo, los relojes solares ven reducida paulatinamente su importancia y utilidad. Surge entonces la denominada Escuela Villenense de Relojería, responsable de la fabricación de numerosos relojes de torre y de sala a nivel nacional. A esta escuela se debe el famoso reloj del Orejón instalado en la Torre del Reloj en 1711, coincidiendo con su reedificación, y el primer reloj de torre de la iglesia de Santiago, encargado en 1777 según José María Soler. La iglesia de Santa María tuvo que esperar hasta 1888 para contar con este tipo de reloj. Por su parte, los relojes solares que nos ocupan, tanto los de Santiago y Santa María como muchos otros situados en ermitas, edificios públicos o casas de campo del término, siguieron siendo muy útiles hasta bien entrado el siglo XX, cuando el uso de relojes mecánicos se generaliza a todos lo niveles.
En cuanto a los relojes de sol conservados en la plaza de Santiago, dos de ellos están situados en la fachada sureste de la iglesia, uno sobre la portada y otro a su derecha. Este reloj lateral, con varilla perpendicular al paramento, corresponde al modelo clásico semicircular que recuerda a los relojes de tradición canónica y posiblemente esté copiado de un manual del siglo XVI, el Libro de los relojes solares (Valencia, 1575) de Pedro Roiz. La particularidad de este ejemplar reside en su errónea ubicación. Se trata de un diseño para una pared orientada al sur, una orientación distinta a la de la pared sobre la que está situado. Por este motivo, el reloj no puede funcionar correctamente a lo largo de todo el año, sea cual sea la orientación de la varilla. Este mismo diseño, centrado sobre una superficie con la orientación adecuada y una varilla con la inclinación correcta, funcionaría perfectamente. Probablemente muy poco después, y para compensar el flagrante desatino, se encargó la pareja de relojes formada por el situado sobre la mencionada portada y el existente en la fachada principal del Palacio Municipal. Se trata de grandes cuadrantes labrados sobre paramentos de sillería, con sendos lemas latinos que responden al tópico gnomónico Tempus Fugit (el tiempo huye, escapa, vuela) y que se complementan para abarcar holgadamente todas las horas del día, el de la iglesia las de la mañana y el del palacio las de la tarde.
Reloj de Santa María
Por su parte, el reloj de sol de la iglesia de Santa María podemos situarlo cronológicamente en torno al siglo XVIII y se encuentra en una pared con orientación eminentemente oeste por lo que marca las horas a partir del mediodía solar. A diferencia de los de Santiago, este modelo está pintado sobre el paramento, pero lo que lo hace realmente singular es la forma en la que se indican las horas. En este caso es la sombra de la punta de la varilla la que recorre el intervalo horario representado y no la sombra de la varilla misma como suele ser habitual y puede apreciarse en los de Santiago.
En cuanto a su estado de conservación, los de la iglesia de Santiago fueron restaurados en 2006 por iniciativa de la Asociación de Amigos de la Iglesia de Santiago de Villena. Ese mismo año se llevó a cabo la limpieza y restauración de la fachada del Palacio Municipal y aprovechando los medios instalados para la realización de estos trabajos, llevamos a cabo la extracción y digitalización de calcos directos de los tres cuadrantes solares, en colaboración con el Museo Arqueológico José María Soler. Por entonces, y gracias al experto en gnomónica Joan Olivares Alfonso, descubrimos la existencia del reloj de sol de Santa María e igualmente procedimos a su documentación mediante el calco de los escasos restos de pintura que se conservaban.
En 2016, a partir de aquella documentación, editamos un video en el que se muestra la recreación virtual del reloj de sol de Santa María y una simulación acelerada de su funcionamiento. Al poco tiempo de la difusión del video, la Asociación Pro-Restauración de la Ermita de San José de Villena nos mostró su interés en recuperar este singular elemento situado en el barrio del Rabal y, gracias a ellos, esperamos tener concluida su restauración para las próximas Fiestas del Medievo. Paralelamente, desde las concejalías de Casco Histórico y Turismo se ha estimado oportuno completar la restauración del reloj solar del Palacio Municipal, el cual presenta ciertos desperfectos tanto en el cuadrante como en el gnomon. De este modo podrá llevarse a cabo en fechas próximas la adecuada puesta en valor y difusión de estos singulares bienes del patrimonio histórico y cultural de la ciudad de Villena.