En las pasadas elecciones municipales el PP alcanzó unos resultados espectaculares: mayoría absoluta y doce concejales. Se presentaba un panorama sin sobresaltos y alentador para esta formación política. A fecha de hoy puedo suscribir que el contexto actual es desolador. Desde mi punto de vista se ha sucedido un encadenamiento de errores para tan lamentables consecuencias.
Primer error: con tan cómoda mayoría, excluir a la oposición de los órganos de gobierno: Junta Local de Gobierno, concejales liberados y desproveer de información para las distintas Comisiones y asuntos del Pleno. Aunque esta marginación esté legitimada por Ley no se hace uso de la menor cortesía y respeto hacia las minorías, aun con la segura garantía de que no pueden ocasionar inconvenientes al equipo de gobierno.
Segundo error: intentar ejecutar todos los proyectos previstos en el programa electoral. Porque más vale seleccionar que perderse en la totalidad; con el despropósito de que al final no se ejecute ninguno.
Tercer error: si te ofreces a formar parte de la ejecutiva provincial de un candidato popular (llámese el campista Pérez Fenoll) y eres rechazada, no acudas al pataleo y te ofrezcas a la ejecutiva provincial del zaplanista José Joaquín Ripoll, actual Presidente de la Diputación. Podrías haber sido leal a los dos sin desmerecer a ninguno. Si el primero te dijo NO sigue trabajando para ganarte su confianza y la de Francisco Camps, sin crear deslealtad con Ripoll. La reacción del pataleo no lleva a ninguna parte y se acaba encontrando enemigos donde no los había. ¿Quién te asesoró?
Cuarto error: desconfiar y anular, políticamente, a ocho de tus concejales. Al fin y al cabo son gente joven, con ganas de trabajar y que no han asimilado las decisiones que has tomado y que hago referencia.
Quinto error: no tener informado a la mayoría de tus concejales de las decisiones que tu minoría tenéis decidido tomar. Lógicamente los perjudicados necesitan tiempo para tomar posturas, un tiempo que se hubiera evitado con actitudes más transparentes.
Sexto error: cesar, por medio de un decreto, a tres concejales de tu partido de la Junta Local de Gobierno; lo que ha ocasionado la dimisión de otro compañero por natural y responsable solidaridad.
Séptimo error: acudir con suma emergencia al PSOE para reparar la insuficiencia numérica en la Junta Local de Gobierno. Pues si bien han sido marginados desde el principio, no ya desde las decisiones sino de la más mínima información, resultaría absurdo intervenir ahora en tan embarazoso problema. Al igual que Los Verdes.
De manera, Celia Lledó, que desde siempre te he tenido un gran respeto personal y no pienso vulnerarlo, te encuentras con un Gobierno Municipal conducido por tres ediles más la alcaldía que ostentas. Resulta triste y un tanto esperpéntico. Si yo fuese uno de los concejales proscritos tendría que decidir entre dos opciones: o elegir por la dimisión e irme a casa, o plantearte una Moción de Censura (aun a sabiendas de que los estatutos de tu partido contemplan la exclusión de los rebeldes). Pero de este modo se abriría un nuevo abanico de fuerzas políticas en esta histórica ciudad.
En cualquier caso está en tu mano la reconducción del gravísimo problema. Encuentra nuevos asesores, consensúa las decisiones, devuelve la transparencia en la opacidad y recupera a tus concejales, honestos y leales, en la tarea que has sido designada. Villena merece un respeto y una gobernabilidad, más allá de las esteriotipadas etiquetas de las derechas o las izquierdas.
