Regreso al Pasado
Coincidiendo con el 25 aniversario del estreno de la divertidísima trilogía al menos para la gente de mi generación de Regreso al futuro, la cadena Cuatro emitirá las tres películas en la sobremesa de este largo finde de puente: el sábado 30 y el domingo 31 de octubre, y el lunes 1 de noviembre.
Y coincidiendo con la reposición de Regreso al futuro, en Villena escuchamos las últimas noticias surgidas del Oráculo del Ministerio de Fomento y Regresamos al Pasado, aproximadamente a los años 1998-2000, en los que sucedieron un montón de cosas: Villena se movilizó y se manifestó exigiendo a Madrid el soterramiento integral de las vías; llegó a cortarse la línea férrea y tuvo que intervenir la Guardia Civil para desalojar los andenes; los técnicos de Madrid y Valencia empezaron a marearnos con las famosas alternativas; esa unidad original acabó saltando por los aires dividiéndose la reivindicación en dos: soterramiento, de lo que fuera, o alejamiento, a donde fuera; se llegó a hablar de un puente que nunca se construyó, en parte por miedo al qué dirán de quien tenía el poder para ejecutarlo, y en parte por las presiones de quienes querían jugar su apuesta a todo o nada
Ahora es como si no hubiera pasado el tiempo. Durante un momento yo mismo me he visto más joven, con menos barriga y más pelo, escuchando la radio en casa mientras preparaba mis últimos exámenes de la universidad, y echando de cuando en cuando un cigarrito en el balcón mientras oteaba un horizonte siempre cortado por la herida del ferrocarril y fantaseaba con la ilusión de una Villena sin barreras. Han pasado 10 años, he echado barriga y apenas me quedan cuatro pelos, pero sigo oyendo lo mismo en la radio: las mismas posturas enfrentadas que entonces, las mismas descalificaciones hacia el dirigente y el ciudadano que no piensa igual, la misma palabrería sobada Tan solo ha cambiado mi hastío, multiplicado por los desengaños de 10 años en los que uno ha madurado y, políticamente hablando, ya no se fía ni de su padre.
En definitiva, querida señora, la Villena de mis amores en todo su esplendor. La misma Villena que, dividida, se pelea durante años por conservar una vetusta plaza de toros o construir un centro de ocio y un aparcamiento subterráneo con lo que queda de ella. La misma Villena que, consciente de la necesidad de una piscina cubierta, no hace más que poner trabas a la propuesta del contrario para sacar adelante cualquier proyecto en ese sentido. La misma Villena que se ha tirado años discutiendo sobre un centro comercial que ni llega ni llegará ni falta que nos hace, vistas las implicaciones Malayas de su honrado promotor. La misma Villena de siempre, esa Villena empeñada en pelearse en lugar de en cooperar, la que busca el descrédito y el hundimiento del rival antes que el bien común. La Villena de hoy es igual que la Villena de ayer y, si Dios no lo remedia, que la Villena del mañana.