Hasta donde yo conozco

Responsabilidad y conciencia

Si consultas el diccionario de la Real Academia, tendrás la oportunidad de emplear esos términos sabiendo exactamente lo que significan. La primera es la “obligación de responder de algo o por alguien”. La segunda, el “conocimiento interior del bien y del mal”.
Dicho esto, convendrás conmigo que primero hay que tener conciencia exacta de lo que se hace, para ser, o no, responsable. Y si además te gusta decir las cosas en su justo término, utilizando las palabras precisas y concretas, admitidas y recogidas por nuestra rica gramática, mejor te expresaras. ¡Ah! y como somos cada uno de nosotros los que lo valoramos, los que emitimos nuestro juicio, has de tener en cuenta que la responsabilidad y la conciencia son conceptos propios y personales. Lo que para mí puede no serlo, puede que para otros sí lo sea.

La responsabilidad (mi criterio de responsabilidad) está a la orden del día. Para mí, pongo un ejemplo muy reciente, es indecente el cese de la directora del CIS por parte de la Vice-Vogue, como responsable, sólo porque aquella señora ha tenido la valentía de no retrasar, a conveniencia del Gobierno (el que nunca nos iba a mentir), un informe sobre intención de voto donde anuncia el vuelco que se está produciendo en España de cara a las próximas generales.

Valientes como esa mujer es lo que nos falta. Valientes, sensatas e inteligentes, que quieran asumir el reto de la implicación personal en tareas de gestionar nuestra sociedad. Porque nuestros ayuntamientos y administraciones publicas están (y estaban) llenos de mediocridad. Y deseo de todo corazón que ello no suceda en el futuro.

No cuestiono ni las ganas ni la decisión de trabajar en pro de la colectividad, pero sí la aptitud para acometer responsabilidades, la madurez (que no la experiencia) y el intelecto. Yo no quiero que me gobierne un bobo. Con el actual ya tengo suficiente. Gobernar, lo tengo dicho, es tomar decisiones justas y que busquen el bien común, pasando por encima del bien individual. Es tender la mano al consenso, y también a la discusión. Es ser un hombre (o mujer) decidido a procurar la mejora sustancial afianzando una mejor calidad de vida para todos. Con decisiones difíciles e ingratas algunas veces.

En Villena, en esta legislatura, ¿tenemos mejor calidad de vida en la política municipal? Creo que no. Y de verdad tampoco creo que se tenga conciencia, o seáis conscientes, (como prefiráis) del daño a la institución del “M.I. Ayuntamiento de Villena” que estáis haciendo. Se puede estar harto, y hasta tener toda la razón (¿por qué no?), pero si rompes las reglas del juego, a mi forma de entender las cosas, eres responsable de lo que haces. Si se está en total desacuerdo, primero hay decirlo y luego… tomar la maleta. Yo lo hice.

Sabéis que a los que os conozco os tengo en aprecio, pero creo que os equivocásteis, aun pudiendo llevar toda la razón, cosa que desconozco, en la decisión tomada. Mientras las listas cerradas sigan existiendo en política, solo salen favorecidos los partidos. Si de verdad queremos bienestar promulguemos cada vez que podamos la utilización de listas abiertas, verdadero cauce de acceso al poder de solo los mejores, a juicio del electorado. Yo aquí promulgo la mía. ¡Sí a las listas abiertas!

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