Si hay un acto de nuestras Fiestas del que cada vez me siento más orgulloso, es de la Retreta. En esa noche, Villena sale a la calle para criticar, de la forma más imaginativa, irónica y socarronamente posible todas aquellas acciones y personajes públicos que ocupan parte de nuestros medios de comunicación del 9 al 4 de Septiembre.
Dicen que no hay mejor medicina para curar los complejos que saber reírse de uno mismo, y el día 7, a las 10 de la noche, nos descojonamos de la muy noble, muy leal y fidelísima. Nos miramos en el espejo y sacamos a relucir todos nuestros defectos, sacando los colores a todos aquellos que protagonizan nuestra vida pública del 9 al 4 de Septiembre.
Según afirma el que más sabe de las Fiestas de Villena, la Retreta supone una auténtica desinhibición de la personalidad, un olvidarse de los problemas de todo el año y de las normas sociales cotidianas. Bastantes problemas tenemos ya como para encima no poder reírnos de ellos ni siquiera en Fiestas.
Pero no. Todavía hay gente anclada en siglo XX (o en el XIX si me apuran). Enarbolando la bandera de la tradición y de las buenas costumbres, se escudan en que todo comportamiento tiene un límite, y que la Retreta no es más que un carnaval sin sentido en medio de las Fiestas de Villena. Si por ellos fuera, posiblemente habría otro acto ocupando su lugar otro desfile (por si no tenían bastante).
A esta gente, en la que incluyo a nuestros vecinos de Biar tras lo ocurrido hace ya 3 años, les recomiendo una buena dosis de filosofía práctica para la vida, además de la mejor medicina: la risa. Disfruten con las chirigotas de los carnavales de Cádiz, vean o acudan a un par de monólogos del Club de la Comedia, y si les queda tiempo, lean algún que otro tebeo de Mortadelo y Filemón.
Observarán que, todo personaje público es, precisamente por su cargo y por su condición, caracterizado y llevado al terreno del humor. Verán como casi siempre esta burla está realizada desde el respeto y sobre todo, en el lugar y el momento adecuados. Y en Villena, ese momento tiene fecha y hora: Día 7 a las 10 de la noche.
Si ni en La Retreta vamos a poder desfilar con libertad y alegría apaga y vámonos.
La Retreta es el único acto de nuestras fiestas en el que no existen normas y en el que los festeros pueden vestirse como quieran, hacer lo que deseen y criticar a quien gusten y como gusten...
José Fernando Domene
