Este medio día se ha reunido la alcaldesa, Celia Lledó, con representantes de la Junta Central de Fiestas para encontrar una solución al problema que la Asociación de Vecinos del Rabal y la Asociación pro-restauración de la ermita de S. José plantearon la semana pasada.
El martes, a las 21 horas, se reunían los presidentes de las diferentes asociaciones festeras y la Junta Central de Fiestas para proponer una alternativa, a la alcaldesa, a la decisión tomada por la Asamblea General de suprimir del recorrido de la Retreta algunas de las calles del barrio del Rabal se llegaría a Sta. María y, bajando por la calle El Hilo, se desembocaría en la calle Nueva llegando a Plaza El Rollo.
Según hemos podido saber, antes de celebrarse la reunión con la alcaldesa algunos presidentes comentaron que si Celia Lledó y el ayuntamiento deciden obviar la decisión del estamento festero y ceder a la presión de las asociaciones del Rabal (de las que, por cierto, forma parte algún miembro de la ejecutiva local del PP), se estaría poniendo en tela de juicio el trabajo que desde la Junta Central se hace en pro de la fiesta. En tal caso, se ha llegado a plantear una especie de desobediencia cívica: el día 7 de septiembre, durante la Retreta, y al llegar a Santa María, las comparsas que así lo decidiesen desfilarían hacia la calle Nueva, atajo que en la actualidad toma un porcentaje muy elevado de participantes en la Retreta.
Por el contrario, si el Ayuntamiento encabezado por Celia Lledó ratificase la decisión de la Asamblea General de Compromisarios de la Junta Central de Fiestas, los vecinos del Rabal pensarían que se está obviando su trabajo de promoción del barrio, tarea en la que llevan años involucrados. Este miércoles, la alcaldesa ha recibido a los presidentes de las comparsas y el jueves hará lo propio con los representantes de las dos asociaciones del Rabal. ¿La decisión? No sabemos cuándo se hará efectiva, pero uno de los dos colectivos se verá afectado seriamente.
El papel del concejal
Una tercera cuestión en discordia es la situación en la que se encuentra el actual concejal de Fiestas, Francisco Abellán, ya que esta coyuntura le pone entre la espada y la pared, pues en la votación del estamento festero se decantó por el cambio de itinerario y ahora
¿qué situación defenderá? De hecho, si la alcaldesa decide dar marcha atrás al cambio, de un modo u otro estaría desautorizando a su concejal.
Difícil solución tiene el problema que se presenta, ya que la decisión será mala para una de las partes o, en caso de buscarse una solución salomónica, puede no agradar a nadie, y si como se comenta pueden entrar en escena los abogados de la Junta Central
pues aún peor.
