Abandonad toda esperanza

Revival de los 80

Abandonad toda esperanza, salmo 100º
En ocasiones la nostalgia nos hace juzgar con demasiada benevolencia obras que presentan carencias de juzgado de guardia, llevándonos a pensar que, como suele decirse, cualquier tiempo pasado fue mejor. Ahí radica la justificación de fenómenos como las fiestas revival que recuperan canciones de la década de los 80 como si se tratara de clásicos de la música... que a los más viejos del lugar nos parecen cosa de, como mucho, anteayer.

Pero los 80, al menos en Estados Unidos, no fueron tan intrascendentes como muchos los recuerdan. Aunque quedara lejos en el futuro la guerra del Golfo (no digamos ya la de Irak y la nefasta jornada del 11-S), algo olía a podrido en la Norteamérica de Ronald Reagan. Y como siempre desde que la novela negra arrancara en el marco de la sociedad postindustrial, fue la ficción de género la encargada de sacarlo a la luz.

Así lo demostraron en su día las colecciones de First Comics, editorial independiente que intentó combatir con las grandes franquicias de Marvel y DC en su terreno: la historieta popular. Ya fuera con superhéroes, viajeros del espacio o luchadores contra el crimen, sus tebeos demostraron una gran calidad que no siempre se acompañó de las ventas merecidas.

A este respecto, los lectores españoles estamos de enhorabuena: empieza a publicarse ahora, en lujosas ediciones, lo mejor de First Comics, empezando por el aplaudido Nexus. Influido por la novelística de autores como Philip José Farmer o Frank Herbert y la mítica serie Star Trek, su guionista Mike Baron construyó una epopeya cósmica de resonancias shakespearianas protagonizada por Horatio Hellpop, alias Nexus, juez, jurado y verdugo de los tiranos y dictadores del universo conocido; una suerte de Baltasar Garzón galáctico con una gran cantidad de expedientes por resolver a su expeditiva manera.

Nexus empezó a publicarse, ahí es nada, cuando los mundiales de Naranjito, en el ya lejano 1982; pero se sigue leyendo con agrado pese al transcurrir de los años, y supone una excelente muestra de ciencia ficción de ideas que ennoblece tanto al género al que pertenece como al medio en el que toma forma, gracias en buena parte al trabajo de Steve Rude a los lápices.

Apenas un año después debutaría una serie todavía más cercana a la realidad del momento: Jon Sable Freelance, magnífico cómic de aventuras protagonizado por un mercenario de elite que se esconde tras la identidad de un escritor de libros infantiles.

Con las peripecias de su antihéroe, el guionista y dibujante Mike Grell consiguió reflejar el mundo convulso que le rodeaba, de unos Estados Unidos obsesionados por matar a sus líderes a un continente africano donde una minoría blanca pretendía gobernar férreamente a una mayoría negra. Todo ello sin olvidar de mantener un ritmo espléndido, deudor del género policíaco y el cine de aventuras, y que hace de esta obra, al igual que Nexus, un espléndido ejemplo de entretenimiento de calidad que no deberían perderse.

Nexus y Jon Sable Freelance están editados por Norma Editorial.

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