Rodes imperial
El fotógrafo alicantino Carlos Balsalobre emplea una expresión muy afortunada cuando quiere ilustrar un estado de ánimo exultante producido ante una obra artística que le ha pellizcado el corazón. Imperial. Esto es imperial. Y esa sensación me produjo ver el cartel de la exposición de Vicente Rodes Amorós en el exterior de la Casa de Cultura. Villena Monumental. Casi nada. Efectivamente, lo visto dentro era imperial. Como lo es su autor, al que si hubiese vivido en la época romana lo imagino de César Augusto.
Un César Augusto amante de su pueblo, de su historia y de sus tradiciones como lo han hecho los más grande y queridos de sus coetáneos en la ciudad. Como por ejemplo el fotógrafo Miguel Flor, que expuso en la misma sala de la Casa de la Cultura una de las más entrañables retrospectivas vistas en la ciudad.
Fue también una fotógrafa, Sybille Schorlemmer, amiga de Vicente, la que durante unas fiestas de moros y cristianos se encargó de realizar unas instantáneas del templo arciprestal de Santiago, que después con esmero y mucho rigor (solucionando los errores de paralaje de la fotografía) Rodes convirtió en cuadros realistas de inmensa belleza.
Cuenta Vicente a los visitantes a la exposición que unos amigos forasteros que visitaban el templo le dijeron que realmente parecía una catedral. Y es que la arciprestal de Santiago, máximo exponente del gótico valenciano, es uno de los monumentos más bellos de la diócesis de Orihuela.
Rodes Amorós completa su paseo por la Villena monumental con la Casa Consistorial y la iglesia de Santa María, destruida en la guerra civil. Cómo me gustaría que Carlos Balsalobre viese estas obras de Vicente y visitase los monumentos in situ. Seguro que exclamaba: Imperial, imperial.