Salvatierra denuncia la existencia en Villena de campos contaminados por plomo
La munición y los pesos empleados en actividades recreativas como la caza, el tiro y la pesca deportiva han sido fabricados tradicionalmente con plomo (Pb). En España la caza y el tiro son responsables de la dispersión en la naturaleza de cerca de 6.000 toneladas anuales de este metal pesado.
En Villena, las actividades como la caza y el tiro principalmente, han sido y siguen siendo las causantes del esparcimiento en nuestros campos de gran cantidad de partículas de plomo, con el consiguiente efecto nocivo en nuestra salud y la de nuestro entorno.
Un ejemplo visible es la presencia de gran cantidad de este residuo tóxico en unos pocos m2 en algunos cabezos y suelos donde iban a parar la mayor parte de perdigones procedentes de las actividades de tiro del ya desaparecido Tiro Pichón, localizado en el Paraje el Rubial, sustituido actualmente por un circuito de velocidad. El caminante que recorra el lugar podrá comprobar in-situ los millones de perdigones que todavía hoy pueden verse a simple vista incrustados en el terreno.
Uno de los impactos directos sobre la fauna local es su afección sobre diferentes especies de animales invertebrados y vertebrados inferiores (en general a las redes tróficas, pudiendo llegar incluso a la especie humana), pero principalmente el grupo de las aves, siendo la intoxicación por ingestión de estos pequeños objetos de plomo abandonados en su hábitat natural. La intoxicación es por vía digestiva, se produce en todos los lugares donde se practica o se ha practicado la caza y el tiro, pudiendo afectar a un gran número de especies de animales. Además de las aves, también los mamíferos pueden vehiculizar dosis de plomo, por ejemplo a través de la leche, en el caso del ganado, debido al pastoreo en zonas contaminadas.
La toxicidad del plomo depositado en los suelos o en las aguas tiene la capacidad de oxidarse resultando todavía más peligroso para el medio, ya que es mucho más biodisponible. Evidentemente, las aguas superficiales o subterráneas de estas zonas con presencia de perdigones pueden quedar contaminadas con plomo. No hay que olvidar que un sólo perdigón, de los 50.000 millones que cada año se disparan en España, puede contaminar 12.000 litros de agua.
Las plantas también pueden absorber plomo de suelos altamente contaminados. Los cultivos en zonas altamente contaminadas deben ser desestimados, mientras que también se desaconseja el empleo como pastura de animales.
Para el ejemplo mencionado, donde los restos de plomo son tan abundantes y accesibles, creemos necesario realizar una campaña de recogida de tierras contaminadas para eliminar la mayor cantidad posible de material tóxico de estos suelos, ya que de no ser retirado quedará esparcido en la naturaleza como legado para las próximas generaciones.